La tertulia de Espejo Público este lunes ha tenido como protagonistas a Celia Villalobos y Elisa Beni, dos analistas de solvencia excepcional que destacan por la profundidad de sus juicios y la mesura con que los exponen como es bien sabido. Sin embargo, la implicación de algunos ministros de la etapa de Aznar en feos casos de corrupción ha desatado la mundial en el plató de Antena 3. Todo ha sucedido tras afirmar Elisa Beni que los gobiernos de Aznar están manchados por la corrupción. Celia Villalobos, que también fue ministra con Aznar, no iba a dejar pasar este asunto sin enzarzarse a gritos en una bronca con Elisa Beni, a la que, por cierto, cambió el apellido por "Beli".
Villalobos: "No puedes decir las cosas que dices, porque parece que todos los que hemos sido ministros con Aznar hemos estado en la corrupción".
Beni: "Yo no he dicho tal cosa".
Villalobos: "Cuando tú hablas de Bárcenas yo no te digo nada porque comparto todo lo que dices, pero que metas a todo el mundo en el mismo saco, es que creo que tampoco le estás haciendo un favor a nadie. Perdona que yo me ofenda".
Para empeorarlo todo, Villalobos se refirió en un momento de la gresca a la proximidad de "Beli" con un magistrado, en referencia a un juez que estaba presente en el plató justo al lado de la interfecta. La aludida interpretó que se refería a su exmarido, el juez Gómez Bermúdez, con lo que la discusión desembocó en una competición sobre cuál de las dos tenía derecho a sentirse más ofendida.
Beni: "No puedes ser más bajuna. Que me has sacado en esta mesa hasta mi exmarido, que hace falta ser bajuna".
Tras aclararle que el comentario no tenía nada que ver con su vida privada la cosa parecía que iba a calmarse, pero entonces irrumpió Francisco Marhuenda en tromba por la banda (derecha, claro), gritando: "Es una vergüenza que, con tal de dañar al PP, estéis dispuestos a las cosas más abyectas".
Susanna Griso trató de poner algo de sensatez, pero entonces Villalobos le reprochó que no llamara al orden a "Beli". La presentadora de Espejo Público la envió entonces al psiquiatra:
Villalobos: "A ella defiéndela, pero yo no me puedo sentir ofendida".
Griso: "Si tenéis un problema, id al psiquiatra pero no vengáis aquí a que yo os defienda, que esto es para debatir".