La consejera de Presidencia de la Generalidad y portavoz del Gobierno catalán, Elsa Artadi, asegura que los que pitaron al presidente Quim Torra durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Mediterráneos de Tarragona era "un público sorprendentemente seleccionado".
En declaraciones a Rac1, Artadi ha remarcado que en el evento "pasaron muchas cosas" y que, además de los silbidos al presidente de la Generalidad, Quim Torra, también hubo silbidos al himno español y gritos de "Libertad presos políticos".
Ha indicado que le sorprendió que hubiera "tan poca gente" porque desde la Secretaría de Deporte del Gobierno habían pedido invitaciones a la ceremonia y les respondieron que no quedaban más."Parecía que había un control", ha añadido la consejera, aunque ha remarcado que no sabe si había algún veto.
El consejero de Acción Exterior de la Generalidad, Ernest Maragall, también ha manifestado este sábado a través de las redes sociales que en el estadio que acogió la inauguración había "casi solo público elegido y controlado".
En un apunte en su cuenta de Twitter recogido por Europa Press, ha señalado: "En Tarragona, exhibición de fuerzas de seguridad de todos los colores. En el Estadio, casi solo público elegido y controlado. En el césped, discursos sin mucho ánimo. En el palco, mucho Estado con olor a naftalina. Conclusión: España tiene Jefe de Estado. Cataluña no tiene rey".
#JocsdelMediterrani2018
A Tarragona exhibicio de forces de seguretat de tots els colors.
A l’Estadi quasi només públic triat i controlat.
A la gespa discursos sense massa esma.
A la llotja molt Estat amb olor a naftalina.Conclusió:
— Ernest Maragall (@ernestmaragall) June 22, 2018
Espanya té Cap d’Estat.
Catalunya no té rei.
El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, ha asegurado este sábado que era "materialmente imposible" seleccionar al público de la inauguración de los Juegos Mediterráneos de Tarragona, tal como ha dicho Artadi.
En declaraciones en Rac1, Ballesteros ha explicado que la venta de entradas se cedió por completo a la empresa Ticketmaster, que según ha detallado fue la ganadora de un concurso público para un contrato que estipulaba que no se podrían comprar más de seis entradas a la vez.
Ballesteros, que ha dicho que "nunca" hubiera seleccionado el público, ha explicado que no le gustó ver espacios vacíos en la gradería cuando las entradas se habían agotado, y que preguntarán a Ticketmaster qué invitaciones no se usaron.