Ha sido un expolicía, José Manuel Sánchez Fornet, además amigo del PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero y de Podemos, el que ha dicho lo que muy pocos se atreven a decir: "Se puede ver en las redes sociales un vídeo de la empresa GEFIRA, que controla el tráfico marino en el Mediterráneo, donde se informa que los buques Aquarius y Luventa en 2016 realizaban ya viajes de Italia a Libia habitualmente y que en dos meses trasladaron a 40.000 inmigrantes."Además, la bandera del Aquarius es la gibraltareña.
Estos barcos, añade Fornet,"parten de Italia, se paran poco antes de llegar a la costa libia, recogen la "mercancía" humana y regresan a Italia. No es en alta mar. No existe riesgo vital. No es por casualidad. Están muy cerca de las costas libias y son actos deliberados, planeados, con aviso de las mafias que trafican con personas y que provocan un efecto llamada masivo, incitando a los migrantes a hacerse a la mar confiados en que serán rescatados muy cerca de la costa y acaban muriendo ahogados porque ni dos ni doscientos buques darían abasto al "suministro" de víctimas que producen las mafias".
En el Confidencial Andaluz, el ex secretario general del Sindicato Unificado de Policía, conocido por sus manifestaciones críticas y políticamente incorrectas, ha reconocido que el ya famoso gesto de Pedro Sánchez hacia los 629 inmigrantes llegados en el Aquarius pueden ser considerados una llamada de atención sobre el problema de la inmigración, pero nunca un gesto de solidaridad ni de humanitarismo.
Fornet pone de manifiesto la complejidad del problema dado que "en menos del tiempo que ha tardado en desplazarse el Aquarius desde las costas italianas al puerto de Valencia, solo en las playas de Cádiz han llegado más de mil migrantes en numerosas pateras. No digo que haya habido relación causa-efecto o "efecto llamada" entre lo uno y lo otro, sino que el buen tiempo alienta a los hambrientos que llevan meses viviendo como animales en zonas costeras y en torno a las vallas de Ceuta y Melilla a tratar de alcanzar su Dorado".
Añade: "Resulta incoherente en un discurso político traer a 629 migrantes en un barco desde las costas de Italia al mismo tiempo que se devuelven a Marruecos a cientos de ellos en caliente, sin darles opción a plantear petición de asilo como refugiado en función de las normas acordadas por la ONU en 1951".
Incluso se refiere a la perplejidad de un Estado vecino como Marruecos que ve como España "quedaba muy bien ante la opinión pública española y la internacional, mientras ellos soportan en su territorio una presión migratoria de la que nadie habla en Occidente salvo para denunciar, y con razón, los brutales métodos usados por su policía para reprimir los asaltos a las vallas de Ceuta y Melilla".
Las pateras no tienen espectáculo
Este domingo, el mismo día que el barco Aquarius atracaba en Valencia con poco más de 600 inmigrantes a bordo ante decenas de políticos socialistas y centenares de periodistas, llegaban a los puertos de Tarifa y Motril casi el doble de inmigrantes procedentes de África. Más de 1.100 en más de 70 pateras con grave riesgo de sus vidas que, como siempre, han sido acogidos por la Guardia Civil, Salvamento marítimo, la Cruz Roja y las personas voluntarias que siempre ayudan sin espectáculo alguno.
Pero es que el viernes pasado el mismo número de inmigrantes que trajo el Aquarius, más de 600, llegaron a las costas gaditanas y andaluzas necesitándose habilitar, cuenta El Mundo, polideportivos en Tarifa y Jerez para atender a quienes no tienen periodistas que le escriban ni políticos que le reciban. El sábado llegaron 400 y desaparecieron en las aguas.
El pasado mes de enero se daba a conocer que un total de 20.126 migrantes llegaron a las costas españolas a lo largo de 2017, casi cuatro veces más que en 2016, cuando fueron 7.367 las personas que arribaron en embarcaciones irregulares a Canarias, Andalucía y Murcia, de acuerdo a los datos oficiales de las distintas delegaciones del Gobierno recogidos por Europa Press.
Como desde hace décadas, Andalucía ha sido el punto de la geografía española al que más inmigrantes han llegado en embarcaciones irregulares a lo largo del año, la mayoría de ellos, rescatados en el mar por los servicios de Salvamento. En total, fueron 803 pateras y 17.614 personas, 1.663 de las cuales arribaron sólo en el mes de diciembre en 72 botes. La cifra supone un incremento del 185,2% en el número de inmigrantes y del 94,5% en el de pateras respecto del año 2016.
La Región de Murcia ha visto cómo se han cuadruplicado los inmigrantes llegado a a sus costas respecto de 2016, cuando llegaron 529 migrantes. En 2017 fueron 2.089, la cifra más alta desde que hay registros, pues en 2009, el año que se había batido récord de llegadas, se contaron 732 personas.
Sólo en Canarias se ha observado una tendencia diferente. En 2017 llegaron 16 embarcaciones a sus costas, las mismas que un año antes, pero el número de ocupantes ha bajado, pues se contaron 423 migrantes, de los que 37 eran menores de edad, frente a los 663 que recibieron en 2016.
No se olvide que, en 2017, 223 inmigrantes han muerto o desaparecido en el mar cuando intentaban llegar a España, según el proyecto Missing Migrants de la Organización Internacional de las Migraciones.