Las entidades cívicas no nacionalistas han congregado a más de un millar de personas en Sant Andreu de la Barca en apoyo a los alumnos del Instituto El Palau, algunos de ellos hijos de guardias civiles que fueron señalados el día después del referéndum ilegal del 1-O. Sociedad Civil Catalana (SCC), "Levántate", Asamblea por una Escuela Bilingüe, Profesores por el Bilingüismo, el sindicato de profesores AMES, la Asociación Española de Guardias Civiles y la Coordinadora por Tabarnia, entre otras, son las organizaciones que han hecho el llamamiento en favor de una enseñanza libre de nacionalismo.
Bajo el lema "Ni sectarismo ni adoctrinamiento, por una escuela de todos", los convocantes han denunciado el sesgo doctrinario del modelo de "escola catalana" al hilo del señalamiento denunciado por los alumnos de El Palau. El caso de los profesores ha sido sobreseído tras las presiones de partidos, organizaciones separatistas y la consejería de Enseñanza.
La madre de uno de los escolares fue la primera en tomar la palabra durante la concentración de este domingo: "Soy Paqui Luque, madre de uno de los alumnos del Instituto "El Palau" de Sant Andreu de la Barca. De esos alumnos que el pasado 2 de octubre del año pasado sufrieron una experiencia que probablemente no olvidarán en mucho tiempo: la de comprobar cómo algunos profesores del Centro utilizaron su autoridad para hacer política y señalar a algunos de sus compañeros por ser hijos de Guardia Civil. A mi me duele especialmente que eso haya ocurrido; y lo puedo decir con más claridad que otros porque yo no tengo vínculos familiares con la Guardia Civil. En un Instituto se han de enseñar valores a favor de la convivencia y no a educar en la segregación y aquel día se pretendió romper el centro entre los que defendían el referéndum de autodeterminación y los que no lo hacían".
Abuso de poder
Luque también denunció los hechos de los días posteriores. "Los niños y los adolescentes no salieron espontáneamente a las puertas del centro para solidarizarse con sus compañeros porque sí, salieron para defender los derechos de todos, de los que habían sido ofendidos o discriminados y de los que no lo habían sido. Protestaban porque fueron testigos de un abuso de poder. Esperábamos la solidaridad de las autoridades educativas y una mayor comprensión hacia los alumnos y hemos comprobado tristemente que a quienes se ha cuestionado ha sido a los alumnos".
Bartolomé Barba, guardia civil y padre de un alumno, y Dolores Agenjo, la directora de instituto que se negó a prestar las llaves de su centro para el 9-N de 2014, fueron los encargados de leer el manifiesto elaborado por las entidades que impulsan la campaña "Por una escuela de todos". En el texto se apunta que "la escuela, para favorecer la convivencia y la cohesión social, debe ser respetuosa con la libertad ideológica y los derechos lingüísticos de todos los ciudadanos. Basta con que un solo alumno, padre o docente sea discriminado o insultado para que nos veamos en la necesidad de expresar de una manera militante y consciente nuestra protesta más enérgica".
También abogan por "una escuela que asuma como una riqueza la pluralidad lingüística e ideológica de Cataluña, que forme a ciudadanos bajo parámetros científicos y que fomente el civismo y la tolerancia. Por respeto a la pluralidad, pedimos a las instituciones catalanas que acepten la neutralidad institucional como principio fundamental de la democracia, y que eviten y sancionen pronunciamientos, discursos y exhibición de símbolos partidistas en los centros de enseñanza".