El director de La Vanguardia, Màrius Carol, ha dicho en un desayuno informativo celebrado este miércoles en Madrid que, con el recién estrenado Gobierno de Pedro Sánchez, "como mínimo, hemos notado en Cataluña como una bajada de presión". "Las bajadas de presión, en los aviones, en la climatología, etcétera, duran poco. Hay que aprovechar este momento. Es como si todo el mundo estuviera pendiente de lo que va a pasar", ha añadido.
A la conferencia de Carol en el Palace acudieron no pocos representantes de los poderes fácticos: la presidenta del Congreso, Ana Pastor; la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet; la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra. Y Andrea Levy. Y Duran i Lleida. Y Pablo Echenique, Fernando de Páramo y Jordi Cañas. Y Maurizio Carlotti, Mauricio Casals, Antonio Garrigues Walker. Y, cómo no, Javier Godó. Y un puñado de embajadores. En fin, mucha pompa.
A Carol lo introdujo Iñaki Gabilondo, quien habló maravillas de La Vanguardia –"desde 1881, es un faro en Cataluña y un espejo de lo que en Cataluña ocurre"– y de su director, "un testigo de privilegio en representación de una organización periodística de privilegio a la cual deberíamos pedir que viniera más a Madrid". El director del diario catalán se remontó a los orígenes del medio y cantó sus virtudes, como que pretende militar "únicamente al servicio de la igualdad" sin ser "equidistantes", porque "hay valores sociales y principios democráticos por los que este diario lucha. El primero es el respeto a la ley".
Carol dijo que, desde La Vanguardia, pidieron tanto al Gobierno de España como al de Cataluña "diálogo, negociación y pacto", hasta que el segundo proclamó la independencia y le advirtió de que, así, "vamos contra las rocas". El director contó que pidió al expresidente Puigdemont que convocara elecciones, que el golpista estuvo a punto de hacerle caso pero que, tras la avalancha de mensajes en las "redes sociales, los manifestantes pidiendo independencia, y los gritos de ‘traidor’", se echó para atrás. "Lo demás ya lo conocen, o, por lo menos, casi todo", añadió.
Citando a Cambó, Carol señaló que, "en lo ideológico, he intentado transmitir que hay una manera catalana de ser español". El periodista tiró de tópicos para admitir "errores desde Cataluña" pero "también desde el Gobierno español", recurriendo al argumento de las "emociones" o al del que hay que "encontrar un modelo de encaje de Cataluña dentro de España", etcétera, etcétera.
"Un momento muy interesante"
Carol dijo que el nuevo Gobierno de Sánchez ofrece un "momento muy interesante" en Cataluña y que, en la región, se nota como una "bajada de presión". Sobre el presidente catalán, Quim Torra, apuntó que "a veces, cuando las cosas están peor, es cuando más fácil es arreglarlas, porque uno ha llegado al límite" y que, aunque "estamos todavía en un momento de máximos", existe un "territorio razonable de negociación".
Sobre la independencia y la imparcialidad de los medios públicos, el director de La Vanguardia dijo que "había tal ausencia de política en este país, que le dimos a la política un exceso de responsabilidad. Cambia el Gobierno, y no es ya que cambie el director de TVE, es que cambian los directores de los telediarios. Si hay que cambiar una dirección es porque no lo hace bien. Creo que las cuotas de los partidos nos han quitado protagonismo a los profesionales".
Finalmente, sobre el independentismo reinante en RAC1 –la radio del Grupo Godó–, Carol echó balones fuera –"Es una radio tremendamente divertida, muy joven, en catalán. Y la fórmula de éxito es evidente. Tenemos un millón de oyentes"– y, si bien admitió que "la lengua es un elemento que discrimina", apuntó que, en los debates, "el 63-64% de los tertulianos son constitucionalistas".