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Rivera, obligado a cambiar de estrategia ante el 'gobierno naranja' de Sánchez

Ciudadanos ya no actuará como el "conseguidor" de acuerdos con el Ejecutivo, lo que ocurría con Rajoy.

Ciudadanos ya no actuará como el "conseguidor" de acuerdos con el Ejecutivo, lo que ocurría con Rajoy.
José Manuel Villegas, Albert Rivera e Inés Arrimadas. | EFE

Jueves 31 de mayo, por la tarde. Albert Rivera ultima en su despacho de la quinta planta del Congreso de los Diputados el discurso con el que, pocos minutos después, defenderá el No a la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy. A esa hora, rodeado por su núcleo duro, ya sabe que será un rechazo estéril, pues el portavoz del PNV, Aitor Esteban, que le precede en el uso de la palabra al ser el orden en un debate así de menor a mayor, ya ha anunciado que su grupo votará sí y que, por lo tanto, el secretario general del PSOE será investido presidente del Gobierno al día siguiente.

Lo que a Rivera le sorprende ya en el hemiciclo, y también al secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, sentado para la ocasión en el escaño contiguo, es la virulencia de la réplica de Sánchez, quien tacha de frívolos e indocumentados a los dirigentes naranjas, personificando en los números uno y dos de la formación, y también en el secretario de comunicación, Fernando de Páramo. Para entonces, el líder socialista ya se sabe vencedor de la moción.

Desde la tribuna de oradores, Sánchez desvela parte del diálogo privado, días antes, de Villegas con el secretario de organización del PSOE (y hoy ministro de Fomento) José Luis Ábalos. Una indiscreción que hace que la confianza con Ábalos esté "rota" según confirman fuentes del círculo más próximo a Rivera.

Una nueva táctica

Tras ese brusco aterrizaje en la nueva realidad, en el cuartel general naranja se trabaja ahora en un cambio estratégico, de "táctica" afirman fuentes del partido, pero sin "movernos de nuestros focos". Es decir, que seguirán hablando de regeneración y de España al mismo tiempo, algo que intentan aunar en la plataforma España Ciudadana, que tras su puesta de largo hace una semanas en Madrid, con Marta Sánchez como estrella invitada, seguirá con otra cita el día 16 de junio en Málaga.

La dificultad de impulsar esa plataforma es creciente por dos razones: la primera las furibundas críticas que recibieron quienes participaron en el primer evento, algo que "asusta", afirman fuentes naranjas, a quienes no están acostumbrados a la batalla política del día a día.

La segunda tiene que ver con el perfil naranja del nuevo Gobierno de Sánchez, en el que hay figuras muy del gusto de Rivera como Fernando Grande Marlaska, Pedro Duque o Máxim Huerta, con quienes incluso el líder de Ciudadanos y varios de sus dirigentes mantienen una fluida relación. En concreto, la portavoz de Cultura del grupo parlamentario naranja, la escritora Marta Rivera de la Cruz, tiene una estrecha relación de amistad con el ministro Huerta.

Oposición pura y dura

En cuanto a la actividad estrictamente parlamentaria, objetivamente Ciudadanos se quita un corsé, el de ser el principal aliado parlamentario del Gobierno, como ocurría con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. "Nosotros nos tuvimos que inventar un papel que no existía, el de ser una especie de conseguidores que forzaban al Gobierno a tomar medidas pero sin perder la crítica inherente a cualquier labor de oposición" explica un miembro de la dirección del grupo en el Congreso.

Al grupo naranja le quedan varias balas parlamentarias en la recámara que gastar, entre ellas su Ley de reforma de la Fiscalía, que trataría de desligar al Fiscal General del Estado de la dependencia del Gobierno, u otra mucho más polémica, la de la gestación subrogada. Esta última es una de las banderas de Rivera a la que son abiertamente hostiles los sectores feministas del PSOE, que incluso trataron de introducir esta práctica como una forma de violencia de género en la Ley sobre ese tipo de violencia.

Ciudadanos, en esta nueva era, también enfrentará la competencia del renovado PP en el terreno de la oposición. En ese sentido, los de Rivera temerían más un perfil más "técnico y moderno" como el de Soraya Sáenz de Santamaría que los de María Dolores de Cospedal o Alberto Núñez Feijoo, que ven más ligados a la etapa de Mariano Rajoy.

"Cuando pactamos con Rajoy hace dos años nos decían lo mismo, que estábamos fuera de juego, que quedaríamos descolocados, y luego hemos crecido en las encuestas" concluye con optimismo uno de los principales colaboradores de Rivera.

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