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Margarita Robles se queda el Ministerio de Defensa y asume el control del CNI

Los servicios secretos españoles regresan a Defensa después de que Sáenz de Santamaria se los llevase a Presidencia.

Margarita Robles. | EFE

La fidelidad de Margarita Robles, que se ha mantenido al lado de Pedro Sánchez durante los peores momentos del nuevo presidente del Gobierno, incluso cuando fue expulsado de la dirección del PSOE durante varios meses, y votando en contra de la investidura de Mariano Rajoy pese a la directriz de que había que abstenerse, ha tenido premio. Ella será la encargada de controlar el Ministerio de Defensa, una de las carteras con más presupuesto del Gobierno.

Su llegada a este departamento coincide con el regreso del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el servicio de espionaje español, a la estructura del Ministerio de Defensa. En el mismo había estado encuadrado históricamente hasta diciembre de 2011, momento en el que Mariano Rajoy llegó a La Moncloa y que pasó a depender del Ministerio de la Presidencia que controlaba la exvicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría.

Nacida en León en 1957, con tan sólo 24 años ingresó en la carrera judicial como número uno de su promoción. Fue pionera en el acceso de la mujer a las altas instancias de la judicatura, siendo la primera en presidir una sala de lo penal, una Audiencia Provincial, la de Barcelona, y una de las primeras mujeres en entrar en el Tribunal Supremo, en la Audiencia Nacional y en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Sin carnet de militante del PSOE, su primera experiencia en política fue durante los Gobiernos de Felipe González, siendo secretaria de Estado de Justicia entre 1994 y 1996, prácticamente con atribuciones de ministra, a las órdenes de Juan Alberto Belloch, entonces "superministro" de Justicia e Interior. Se vio obligada a lidiar con temas espinosos, como el caso Roldán o el caso de Lasa y Zabala.

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