Ana Rosa Quintana ha contribuido este miércoles a delimitar el significado del concepto corrupción en clave socialista con una breve entrevista a José Bono. El expresidente manchego se deshacía en elogios esta mañana en Telecinco hacia el nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero también había tiempo para hablar de los casos de corrupción que acosan al PP… y al PSOE.
Sin embargo, la corrupción política solo es denunciable si ocurre en las filas de los otros partidos. La izquierda pura, valga la redundancia, no tiene casos de corrupción sino simplemente errores administrativos o excesos de confianza en subalternos desleales.
Eso es lo que ha venido a explicar esta mañana José Bono al ser preguntado por las consecuencias políticas que tendría para el Gobierno de Sánchez una sentencia condenatoria en el caso de los ERE. Este ha sido el intercambio entre Ana Rosa Quintana y su ilustre invitado:
Ana Rosa: "Imagínese usted ahora, estamos con el juicio de los ERE, si se condenara a los que fueron presidentes del PSOE en Andalucía, ¿tendría que dimitir también Pedro Sánchez? ¿Sería oportuna una moción de censura?"
José Bono: Bueno, yo no voy a presentar la moción de censura, pero quienes quieran presentarla tienen que analizarlo, ¿no? Primero que se produzca esa condena, como aquí se ha producido, y que en ella se diga lo que se dice en la sentencia de Gürtel. La sentencia de Gürtel es tan larga y tan grave que, si me permite la comparación, ha sido para el Gobierno del PP algo así como el vídeo de las cremitas para Cristina Cifuentes.
A continuación, Bono sentaba cátedra explicando la diferencia esencial que, según él, existe entre la corrupción de derechas y de izquierdas.
JB: Si en Andalucía se produce la sentencia habrá que ver si Chaves se llevó dinero, le repartían sobres, si se ha enriquecido o si ha ocurrido lo mismo con Griñán. Yo tengo un convencimiento; a lo mejor estoy equivocado, pero tengo un convencimiento profundo: Mire, la diferencia que hay entre ellos con, por ejemplo, Rato o algunos de los condenados en el Gürtel es que Chaves y Griñán se han podido equivocar pero son decentes, y los otros no lo son.
Sólo le faltó redondear el argumento recurriendo a otra fuente de autoridad, Alberto Garzón, que en una entrevista en La Sexta decretó que nadie de izquierdas puede corromperse, porque si alguien es corrupto es porque no es de izquierdas.