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Cautelas y temor entre dirigentes del PSOE: "Es una operación de alto riesgo"

No todos es euforia en el PSOE. Los más sensatos alertan del coste que podría sufrir el partido por ir de la mano de la alianza Frankenstein.

No todos es euforia en el PSOE. Los más sensatos alertan del coste que podría sufrir el partido por ir de la mano de la alianza Frankenstein.
Comité Federal del PSOE | EFE

"En menudo lío nos hemos metido", susurraba el jueves por la noche a LD un miembro de la dirección del grupo socialista una vez terminada la sesión sobre las 22:00 horas. Ya se sabía que el PNV apoyaría y se disipaban los rumores de dimisión del entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. "Pero, ¿en serio no va a dimitir?", se preguntaban unos a otros los diputados socialistas.

Porque muchos aseguran que la insistencia de Pedro Sánchez en pedir la dimisión de Rajoy no tenía por objetivo conseguirla sino convencer al partido, diputados, barones y secretarios generales, de que la intención no era lograr la Moncloa a toda costa y que fue Rajoy quien "no dejó otra salida".

De hecho, la prueba de que el PSOE no estaba convencido fueron las ausencias de los barones del partido en la histórica votación de la moción de censura, la primera que sale adelante en la historia de la democracia, y con la que vuelve al poder al PSOE tras seis años sin tocarlo. Tan sólo dos presidentes socialistas con mando en plaza quisieron estar presentes en la tribuna de invitados del Congreso: el extremeño, Guillermo Fernández Vara, miembro de la Ejecutiva de Sánchez, y la fidelísima pedrista presidenta balear, Francina Armengol.

Ni el asturiano, Javier Fernández; ni el aragonés, Javier Lambán; ni el valenciano, Ximo Puig; ni el castellano manchego, Emiliano García-Page; ni la andaluza, Susana Díaz –que asistieron todos al Comité Federal del pasado lunes–, quisieron arropar al nuevo presidente del Gobierno socialista.

Es más, según las fuentes consultadas por Libertad Digital, desde el PSOE andaluz se ordenó "perfil bajo" y evitar declaraciones enfáticas hasta que se pronunciara Díaz. Y lo hizo en Twitter con un vídeo en el que manifestó su "felicitación" a su "compañero Pedro Sánchez, nuevo presidente del Gobierno de España", a quien dirigió un mensaje entre líneas: "Esto demuestra que la Constitución sigue plenamente vigente y respondiendo a las necesidades de este país porque la moción de censura es un mecanismo constitucional".

Referencia velada a mantener el orden constitucional, a "no hacer cesiones ni concesiones al independentismo", tal y como advirtió la propia Díaz el lunes, y a los sectores del partido que temen la alianza con independentistas y con Podemos en un momento de golpe de estado institucional del separatismo. Desde esa clave, dirigentes consultados por este periódico manifestaban sus dudas con una "operación de alto riesgo" que le puede pasar factura a corto, medio y largo plazo al PSOE. Por no hablar del escenario de "ingobernabilidad" que auguran algunos veteranos diputados del Congreso. "Estuvimos en una legislatura que con 164 diputados nos jugábamos la vida cada semana en cada votación. Ahora, intenta gobernar con 84".

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