Mariano Rajoy y Albert Rivera constataron sus diferencias de fondo sobre cómo hacer frente al pulso separatista en Cataluña. El presidente pide esperar acontecimientos y responder con "proporcionalidad" ante las posibles ilegalidades. Su interlocutor está convencido de que hay que aplicar "de inmediato" un nuevo 155, que incluya el control de TV3, tras el incendiario discurso de Quim Torra. Si bien, el Gobierno vio al líder de Ciudadanos menos belicista con Rajoy que en ocasiones anteriores y no dio por rota la unidad constitucionalista.
Según las fuentes consultadas, hubo contactos a distintos niveles entre el equipo de Rajoy y el de Rivera para que la reunión de este jueves en Moncloa no fuera un estrepitoso fracaso. Fernando Martínez-Maillo y José Manuel Villegas conversaron en varias ocasiones. También se implicó Soraya Sáenz de Santamaría. Y llegó el momento del encuentro, a las 9:30 de la mañana. A diferencia de lo ocurrido el pasado martes con Pedro Sánchez, el presidente no recibió al líder naranja en las escalinatas del complejo, sino ya en el interior de Palacio. Dentro, el ambiente fue "bueno".
El despacho duró apenas una hora. Al término, Rivera compareció en la misma sede de la presidencia del Gobierno con un tono más relajado que el de los últimos días, pero con el mismo mensaje. El de que se debe aplicar el artículo 155 de la Constitución, ya que "jurídicamente decae pero se puede poner en marcha inmediatamente" tras la investidura deTorra. "En este momento, con un presidente racista, que odia al resto de españoles y a la mayoría de catalanes, ya no es momento de contemplaciones ni de buenismos" sintetizó el presidente de la formación naranja.
Las peticiones de Rivera
A su juicio, no se debe perder el control ni de los Mossos d’Esquadra, porque un "cuerpo policial del Estado no puede actuar contra el Estado", ni el de la acción exterior de la Generalidad, toda vez el 155 acabó con el Diplocat y las denominadas embajadas catalanas. Además, ante Rajoy, exigió también la intervención de TV3 y la radio pública, a diferencia de lo que ocurrió en otoño tras una enmienda del PSOE en el Senado aceptada por el PP. Los medios públicos, explicó Rivera, no pueden ir contar el Estado ni hacer "propaganda separatista".
Rivera también pidió mejorar la fiscalización de las cuentas del Gobierno catalán ya que, a su juicio, el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) "no basta" y reclamó el apoyo del Ejecutivo para una reforma legislativa que impida a los fugados de la Justicia presentarse a las elecciones para evitar, puso como ejemplo, que Carles Puigdemont pueda concurrir a unas eventuales elecciones catalanas adelantadas este mismo año, algo que, según sus palabras, "sería un ridículo inasumible".
Una y otra vez, Rivera aseguró que Rajoy tan sólo tendrá el apoyo de Ciudadanos en caso de que acepte estos preceptos. Y, a puerta cerrada, el presidente le aseguró que estudiará sus reclamaciones, pero no se comprometió a llevar a cabo esas medidas. "La prioridad debe ser dar una respuesta pactada y proporcional como se ha venido haciendo hasta ahora", defendieron sus portavoces. Esto es, de momento, no hay prisa para poner en marcha otro 155. "Tranquilidad" aunque en Moncloa reiteraron una vez más que se actuará ante cualquier "ilegalidad".
El Gobierno no ve todos los puentes rotos
Rajoy optó por guardar silencio pero, pese a la sustancial diferencia de fondo, en el Ejecutivo quisieron ver un resquicio de entendimiento con Rivera. O, al menos, verificaron que no todos los puentes están dinamitados. Para el equipo del presidente, era "muy importante" que Ciudadanos "admitiera que el 155 no se puede prorrogar", como hizo este jueves. También relativizaron "sus prisas" y agradecieron que defendiera la decisión gubernamental de no acudir a la toma de posesión de Torra, de la que se evalúa si hubo "defectos formales". "El Rivera de hoy no es el de la pradera de San Isidro", aseguraron. Aunque fuentes de la dirección nacional no se llevaron a engaño: "Puede durar media hora" y seguirán siendo "muy duros con nosotros". "Sin duda, la actitud del PSOE es mejor", remataron.
"La unidad de las formaciones constitucionalistas es el mejor instrumento" contra el separatismo, resumieron en el Gobierno, evitando hablar en todo momento de ruptura. Y, de hecho, fuentes oficiales agradecieron "la disposición al diálogo" de Rivera, a quien el presidente irá informando puntualmente de los pasos que vaya a dar en Cataluña. Esto es, la interlocución se mantiene a pesar de que llevaban cuatro meses sin verse. La respuesta de Rivera llegó ante los medios: "La unidad de acción se mantiene en tanto en cuanto el Gobierno actúe; no se puede romper la unidad en torno a una acción que no existe".
El presidente del Ejecutivo se verá también con Pablo Iglesias para abordar la situación en Cataluña, después de que ambos despacharan telefónicamente este jueves por la mañana. No hay fecha aún para ese despacho.