Uno de los integrantes de la Manada, Ángel Boza –el más joven, de 26 años–, fue trasladado de módulo por agredir a un individuo musulmán que acababa de ingresar en la cárcel de Pamplona por abusar de una joven en un bar, según informa El Mundo.
Todos los implicados en esta agresión fueron trasladados del módulo 3 al 4 para proteger al individuo recién llegado, incluido Boza, quien ha negado que estuviera implicado en la paliza. Su abogado, Agustín Martínez Becerra, contó al diario de Unidad Editorial que "hubo un incidente en el que él no participó y se ha archivado toda actuación contra él". "No tenía nada que ver, pero estaba por allí y lo metieron dentro", añade.
La paliza al musulmán influyó probablemente en la decisión de Boza de pedir medidas de protección especiales el día que se leyó la sentencia, lo que le permitió no tener que salir al patio, evitando que se relacionara con el resto de presos.