El marcaje mediático a Inés Arrimadas incluye la crítica de moda, severa especialidad que trufada con la situación política catalana alumbra singulares conclusiones. El Nacional, diario independentista que dirige el exdirector de La Vanguardia José Antich, se hacía eco el sábado de la polémica suscitada en las redes sociales a causa de la presencia de Arrimadas en la Feria de Abril de Barcelona (réplica organizada por las casas andaluzas en Cataluña) y, más aún, por su indumentaria.
Arrimadas escogió para la ocasión un traje de flamenca de color rojo, "rojo España", según el antedicho digital, que lo compara con el amarillo que lució el año pasado en la misma feria para aludir a la situación de los presos. "Ya sabemos que el amarillo es caca, un color más maldecido por los unionistas que por los actores de teatro", se puede leer en la pieza sobre el estilismo de la dirigente político que destaca el trino de un usuario que reprocha a la dirigente que no se vistiera de "pubilla", con el característico traje regional, para la festividad de San Jorge.
En el hilo abierto tras la publicación en la cuenta de Arrimadas de las fotos en la Feria de Abril catalana, no son pocos los usuarios de Twitter insisten en la procedencia andaluza de la líder de la formación naranja en Cataluña como impedimento para presidir la Generalidad. También afirman que Arrimadas desprecia a los catalanes y no tiene "ningún gesto" con ellos, a diferencia de con los andaluces, como vendría a demostrar su traje para la ocasión. El separatismo, pues, está a la espera de que Arrimadas muestre más "sensibilidad" con el folclore autóctono, un guiño al amarillo, un flequillo a la moda de la CUP o directamente que se ponga un traje de "pubilla", atavío prácticamente extinto.
El diario de Antich aporta al debate un repaso a los vestidos de Arrimadas en una revista de moda, en el trofeo de tenis del conde de Godó y en las dos últimas ediciones de la Feria de Abril catalana.