Ya ocurrió en 2012, cuando Rajoy hundió las expectativas de Javier Arenas de presidir la Junta de Andalucía con una subida de impuestos inesperada y una reforma laboral muy discutida. El resultado fue que el ahora procesado José Antonio Griñán mantuviera la presidencia andaluza y el PP perdiera toda esperanza de gobernar Andalucía. A cambio del sacrificio, Rajoy mantuvo, eso sí, a Arenas en los círculos íntimos de decisión, pero sin cargos relevantes.
Como destaca ABC, Susana Díaz ha logrado que la financiación autonómica quede en manos de los presidentes regionales. O, dicho de otro modo, Rajoy ha consentido que ni Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, ni Ciudadanos ni su propio líder andaluz, Juanma Moreno, puedan intervenir en uno de los asuntos más relevantes para el gasto público en España.
Independientemente de los contenidos de las negociaciones que comenzaron desde el pasado miércoles, es igualmente importante quién puede participar en las mismas. Había dos opciones claras: que la financiación autonómica fuera objeto de un amplio pacto político entre partidos o que fuera consecuencia de un pacto entre el gobierno y las presidencias autonómicas vigentes.
Esta última ha sido la decisión adoptada por Mariano Rajoy, lo que elimina de un plumazo y por el momento, a Pedro Sánchez, a Albert Rivera y a Pablo Iglesias de todo protagonismo en el tema mientras que se lo ofrece en bandeja al PNV, al que no le hace mucha falta, y da otra arma al separatismo catalán si logra constituir un gobierno.
Es algo que beneficia a los barones socialistas que no comparten ni la idea de España ni los planteamientos autonómicos de Pedro Sánchez. Indudablemente, a Susana Díaz se le inyecta algo más que oxígeno político en su batalla personal e ideológica contra un Pedro Sánchez con el que no logra ponerse de acuerdo en casi nada. Pero, de hecho, Pedro Sánchez no se ha podido oponer al documento aprobado por el Parlamento de Andalucía, con la excepción de Ciudadanos.
De este modo, Mariano Rajoy le quita páginas de periódicos y aperturas en los medios nacionales, no sólo a Pedro Sánchez, sino sobre todo a su principal competidor, Albert Rivera. Debilitada la posición de Juan Marín en Andalucía y la del propio Juanma Moreno, presidente del PP andaluz, en la solución del problema de la financiación autonómica, Rajoy apuntala la candidatura de Susana Díaz, que, como informa este viernes La Razón, ya ha comenzado la licitación de contratos vinculados a las elecciones andaluzasque deberían celebrarse en 2019. O no, si las anticipa como el PP barrunta.
Juanma Moreno, que firmó el documento político sobre financiación lanzado por el PSOE y Podemos-IU, queda fuera de toda presencia en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se debatirá el nuevo modelo. Su papel se limita a presionar a Susana Díaz para que haya un acuerdo nacional con el gobierno, pero queda en manos del PSOE andaluz si el gobierno Rajoy no respeta el documento que se firmó en el Parlamento andaluz.
Quien queda fuera del todo es Ciudadanos, tanto en Andalucía como en España. En España, porque al no formar parte de gobierno autonómico alguno, no podrá estar en el Consejo mencionado. En Andalucía, porque Ciudadanos se quedó fuera del acuerdo PSOE-Podemos-IU-PP, de cuyo modelo difiere especialmente en la consideración negativa que hace de los cupo vasco y navarro por discriminatorios y otros aspectos del propuesto en Andalucía, ya que admite que las Comunidades que más ingresen puedan mejorar sus propios servicios públicos sobre un mínimo básico común, si así lo quieren.
Si finalmente, el documento andaluz presentado por Susana Díaz y respaldado por el PP andaluz se convierte en el eje central de la financiación autonómica nacional, el PSOE andaluz habrá dado un importante paso para ganar las próximas elecciones andaluzas con un tema que sólo podrá discutir Ciudadanos. Y de paso, seguirá viva en la política nacional.