Tabarnia persiste. Su portavoz, Jaume Vives, salió este martes en defensa del juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena. Señalado, ridiculizado, vilipendiado y amenazado, el magistrado fue definido por Vives como un "superhéroe sin capa". El joven periodista que lidera "el balcón de la resistencia" hizo esa definición en la presentación del libro Tabarnia, la pesadilla de los indepes (Libros Libres), refutación del nacionalismo y libelo contra el separatismo que pone en solfa treinta años de adoctrinamiento y TV3 en la milenaria Cataluña del Señor de los Anillos.
Contó Vives, que luce una espléndida e inconfundible barba (cuatro veces más larga y vistosa que la de su homólogo tractoriano Torrent), un encuentro casual con el juez en el AVE. Se acercó a él y le felicitó por su trabajo, en plan fan de Zidane: "Gracias, sigue así, no desfallezcas". Como Llarena no está acostumbrado a tales efusiones, se tomó un café con Vives.
El "demonio" de los independentistas, el hombre más odiado en TV3, el "culpable" de que Puigdemont no sea president, según Rufián, ese ogro es, dice Vives, un tipo sencillo y con cierto sentido del humor. Falta le hace.
En cuanto al libro, según su autor es un argumentario tabarnés cuyo propósito es contribuir a la reconstrucción de los vínculos sociales destrozados por el proceso. Según Vives, el electorado independentista ha sido víctima de un engaño, de la estafa de la promesa de la felicidad republicana. "Los culpables son los políticos y los medios", aseguró. Entre las personas a las que va dedicado el libro, Puigdemont: "Por marcharse de Cataluña y dejarnos en paz".
Vives estuvo flanqueado por el ministro de Deportes de Tabarnia, el periodista Tomás Guasch, a quien han decorado la fachada de su casa con la pintada "Pallasso de Tabarnia" y una estelada, el editor Alex del Rosal y el periodista y publicista Joan López Alegre. Del Rosal comparó la pintada en el domicilio de Guasch con las prácticas nazis de señalar los comercios judíos y aludió al papel de TV3 para "envenenar a la sociedad". López Alegre resumió el espíritu del cónclave: "Llarena es Tabarnia".