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Jiménez Losantos: "El Gobierno debería ser juzgado por auxilio a la rebelión"

Infinitos agradecimientos al Supremo, que con el sopapo a los jueces alemanes han relegado a Cifuentes y el dichoso máster.

El Mundo dice que "el TS hace frente al tribunal alemán por su 'falta de rigor'". Celebra Francisco Rosell con alborozo en su editorial que el repasito "supone la más poderosa respuesta institucional a la humillación infligida a España" por el tribunal de una provincia alemana. "El Supremo evita la jerga técnica y adopta una prosa de claridad y dureza diamantinas (…) No sólo ridiculiza la consistencia jurídica de la sentencia del tribunal regional, tan apresurada y neciamente aplaudida por el papanatismo hispanófobo de guardia, el nacional en primer lugar. Además, el Supremo desliza la critica al Gobierno por la pasividad con que contempló el anuncio y gradual puesta en práctica del guión secesionista hasta su consumación". Los separatistas "camparon a sus anchas entre 2015 y 2017". Y lo siguen haciendo, para qué engañarnos, cuentan con el apoyo alemán y el beneplácito del gobierno traidor español. Precisamente del Gobierno, concretamente de Montoro, habla Federico Jiménez Losantos, que ayer se quedó "atónito", aunque "no sorprendido" con el boicot a jueces y policías en la entrevista de Bustos. "El Gobierno debería ser juzgado por auxilio a la rebelión que es el golpe de Estado catalán". "De las embajadas a TV3 y el inmenso pesebre mediático separatista, de los Mozos a la propia Generalidad, el dinero que afana Montoro con su terror fiscal se dedica a mantener vivo el golpe. Lo demuestran el juez de Barcelona, la Audiencia y el Supremo, con las pruebas que la Policía y la Guardia Civil rescataron de las zarpas de los Mozos golpistas". Lo de Montoro es un "respaldo al tribunal de Schleswig-Holstein y al Gobierno alemán en su desprecio a la euroorden. Es la misma genuflexión de Rajoy ante Merkel", qué bochorno que esa cosa sea el presidente de España. "Montoro miente descaradamente" y "amén de abofetear al Supremo", revela que quieren que Puchi se quede en Berlín. Pues que les quede clarito a los alemanes, ellos verán, pero como dice Joaquín Manso "están muy cerca de provocar una grieta de suspicacia en Europa que puede resultar tremendamente dañina". Ya lo dijo ayer Macron, Europa está "ante una 'especie de guerra civil' por culpa del nacionalismo". Y, como en todas las guerras europeas, Alemania en el centro del meollo.

El País arrincona al Supremo para abrir con una gilipollez. "Macron alerta del avance del autoritarismo en Europa". "Rusia prohíbe la red Telegram". Oh, ah, terrible. Ni una mención a las duras críticas del presidente francés a los nacionalismos. De El País de hoy no hay nada rescatable, sólo vale para envolver el pescado. Sin reparo ni sonrojo dedica un editorial a Cifuentes. "La presidenta de Madrid no tiene que renunciar a su título, sino a su cargo", ya saben, mintió sobre un máster, mientras defiende a Chaves y Griñán por el robo masivo de los ERE. Un pequeño asuntillo sobre el que "el PP ha cargado las tintas". "No es sensato afirmar que es el peor caso de corrupción de este país". No, es el máster de Cifuentes. Y es que El País está muy, pero que muy interesado, en cargarse a la presidenta madrileña. Tanto que llega a advertir a la secretaria general del PP y ministra de Defensa: "Cospedal se la juega con la presidenta". Firma Juan José Mateo pero muy bien pudiera ser un pseudónimo de Don Vito Corleone.

ABC abre con el juicio de Alsasua. "Condenados a declarar tras un biombo". Sobre el Supremo, el titular es demoledor. "El TS pregunta a Alemania si hacía falta una masacre el 1-O". Toma hostión en toda la jeta de Merkel. "El diagnóstico del Supremo es impecable: se ha atacado la soberanía nacional y a la unidad territorial española y sus culpables no son miles de separatistas eufóricos sino sujetos que ocupaban legítimamente los poderes constitucionales legalmente establecidos en la comunidad autónoma. Es decir, individuos desde sus propios escaños. Eso es lo que inexplicablemente Alemania se ha negado a analizar y entender, regalando una inexplicable victoria moral a quienes no merecen más que un juicio y una condena. España no es una dictadura en la que se persiguen ideas", a ver si les entra en la cabeza, que la dictadura que persigue ideas es precisamente el nacionalismo catalán. Dice Curri Valenzuela que esa batalla está perdida, que "la opinión pública europea está simpatizando con los detenidos por rebelión y aceptando su propaganda de que nuestro país es represor por encarcelar a los ciudadanos por votar". Pues el suyo acaba de prohibir lo mismo en Baviera. A ver si Ciudadanos se deja ya de marear la perdiz con el máster de Cifuentes y se centra en lo importante, porque vaya tela qué decepción con Arrimadas. ¿Se puede saber a qué se dedica la ganadora de las elecciones catalanas y representante de la mitad de los catalanes?

La Razón dice que "el Supremo rectifica al tribunal alemán e insiste en la rebelión". Dice Marhuenda que el auto es un "severo reproche" al "puro disparate" de los jueces alemanes. "Una descripción de los hechos definitiva para cualquier jurista solvente, medianamente interesado y que no esté condicionado por la propaganda golpista o no milite en la trama contra la democracia española (…) Estamos ante un auto aleccionador que en sí mismo supone un testimonio de cargo contra un tribunal, en este caso alemán, que sirvió mal al derecho y de paso a la democracia como principio de convivencia. Que se hiciera por impericia o con conocimiento de causa a sabiendas de lo que acordaba queda para la controversia. Todo hubiera sido más simple si los jueces alemanes se lo hubieran planteado como lo expuso el Supremo: ¿y si los hechos se hubieran cometido en un Land de Alemania?". No compares Marhuenda, ellos son alemanes, seres superiores, España es un país donde emborracharse y achicharrarse al sol. Aunque este invierno se lo hemos puesto difícil, je.

La Vanguardia: "Dura crítica del TS al tribunal alemán por negar la rebelión". En el editorial le hacen la ola a Macron por su europeísmo. "Macron clamó por una Unión Europea fuerte dentro y fuera de sus fronteras, sin divisiones, donde se ponga coto a los egoísmos nacionales, como la mejor respuesta ante los escepticismos y nacionalismos. Es un mensaje implícito a Cataluña", dice el periódico egoísta nacionalista que impulsó el golpe.

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