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Quiebra el hotel de Gaspart que usaba Puigdemont en Bruselas

El expresidente mantiene la mansión de Waterloo mientras reside en un aparthotel de tres estrellas en Berlín.

El Husa President Park de Bruselas ha cerrado sus puertas. Ya es historia de la república de Puigdemont. Las deudas han forzado el cierre y todo su personal, noventa personas, han sido despedidos. Según denunciaron algunos de ellos, Puigdemont usó la suite más cara del hotel y no pagó nada. También disponía de las instalaciones para ruedas de prensa, entrevistas, reuniones de su grupo, mítines y celebraciones privadas.

Tales cortesías, que Joan Gaspart, cabeza visible de la cadena Husa, negó, se producían, alegaban los trabajadores, cuando el hotel ya estaba en una situación financiera muy difícil. Cuatro meses después de la denuncia en medios belgas se confirman los peores augurios. Una deuda de ocho millones y medio de euros ha llevado al cierre un establecimiento adquirido por Husa en 1985.

Peripecia inmobiliaria

Tampoco están nada contentos con Puigdemont los vecinos del selecto barrio de Waterloo donde se trasladó un par de meses después de llegar a Bélgica. El expresidente alquiló a través de su inseparable socio Josep Maria Matamala una gran mansión a razón de cuatro mil euros al mes. Desde entonces, "La casa de la república", según los nacionalistas, se convirtió en el epicentro de un ir y venir de fans, periodistas y políticos. Un trasiego inaudito en el barrio muy criticado en la vecindad.

Allí hay personal administrativo al servicio de Puigdemont y se había habilitado una habitación en el sótano para los mossos d'Esquadra que le daban cobertura. Puigdemont se niega a cerrarla porque considera que las autoridades alemanas negarán su extradición a España y podrá regresar a su amplio refugio.

En Berlín, Puigdemont se aloja de momento en el aparthotel de tres estrellas Adagio, en el distrito de Charlottenburg. De momento se niega a buscar algo más acorde al cargo que dice ostentar de presidente de la Generalidad. Está convencido de que Alemania no tardará demasiado en dejarle marchar a Waterloo, donde los habitantes han recuperado la calma de antaño.

"Voluntarios"

En cuanto a los gastos, Puigdemont declaró en TV3: "La gente que está conmigo no está haciendo ningún servicio oficial. Son personas particulares que son voluntarios, son voluntarios. Y mucha gente, buena gente que colabora para el sostenimiento de lo que es el concepto de la república, de lo que es el mantenimiento del 1 de octubre, del mantenimiento del 27 de octubre. Y de la defensa del 21 de diciembre con más dignidad. Y se juegan el trabajo. Yo tengo un gran respeto por toda esta gente y les debo seguramente la vida y les debo muchas cosas. Por tanto, nunca les podré compensar lo bastante lo que ellos hacen para garantizar mi seguridad en unas condiciones muy difíciles para ellos, siendo señalados, ignominiosamente, ignominiosamente, por otros cuerpos policiales".

Quiere que el Estado le ponga escolta

El expresidente llegó a quejarse en una entrevista emitida el domingo por la noche de que el Estado no le proporciona personal de seguridad a su servicio: "Yo debería tener protección. No sólo yo. Todos los miembros del Govern. No tenemos". Según Puigdemont, "es un deber de las autoridades españolas; yo soy presidente de la Generalitat y es un cargo que está expuesto". "Lo que no tiene sentido -añadió- es que nos dejen a la intemperie. Y lo que no tiene sentido es que además no sólo nos dejan a la intemperie sino que utilicen recursos pagados por todos para intentar perjudicarnos la vida".

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