El Ministerio de Defensa sigue aumentando su presupuesto año a año desde que María Dolores de Cospedal se pusiese al frente del mismo en noviembre de 2016. El proyecto presentado este martes por el Gobierno central en el Congreso de los Diputados prevé un gasto total en Defensa que se sitúan en los 9.255 millones de euros, lo que supone un aumento del 6,38 por ciento respecto a las cuentas públicas de 2017, cuando se situó en 8.701 millones de euros.
Esta cifra es la suma final que sale del presupuesto total del Ministerio de Defensa, que es de 8.418 millones de euros (un 6,4 por ciento más que en 2017) y de una partida de 837 millones que saldrá del Fondo de Contingencia y que estará destinado a sufragar buena parte del gasto que suponen las misiones en el exterior. No en vano, los militares españoles están desplegados ahora mismo en más de una veintena de escenarios.
Una de las novedades es que una parte cada vez más importante del gasto de estas misiones se están incorporando al presupuesto de Defensa. Este año habrá 318 millones repartidos entre el Capítulo 2 y el Capítulo 6, mientras que en años anteriores esta partida era testimonial. De este modo, con la suma de los 318 millones del presupuesto y los 837 millones del Fondo de Contingencia, queda establecido en 1.114 millones el gasto previsto para estas misiones en el exterior.
Sin embargo, esta cifra de más de 9.200 millones está todavía muy lejos del 2 por ciento de inversión en Defensa a la que España se comprometió con sus socios de la OTAN en la Cumbre de Gales de 2014 y que se debería alcanzar en 2024, aunque el pasado mes de enero la ministra ya adelantó que para esa fecha el gasto en Defensa apenas alcanzará el 1,54 por ciento del PIB. El mismo compromiso se selló hace unos meses en el marco de la Europa de la Defensa de la UE.
Y es que la suma de este presupuesto, unido a otros gastos que la OTAN considera como inversión en Defensa, como el de las pensiones que reciben los militares, que en muchos países europeos como España está dentro de un sistema único de pensiones, eleve el gasto computable en Defensa para la Alianza Atlántica a 11.172 millones de euros, que supone un escaso 0,92 por ciento del PIB, lejos de ese 2 por ciento mencionado.
La cuantía más amplia a la que se destinará este presupuesto es al pago de nóminas, que supondrán un gasto de más de 4.600 millones de euros para las arcas del Ministerio, un 1,59 por ciento que en el año 2017. Esto se debe al pequeño aumento de salario que percibirán estos funcionarios públicos, ya que el número de efectivos militares permanece igual al del año pasado, fijándose en 79.000 los efectivos de la escala de Tropa y Marinería.
La segunda partida en importancia será la destinada a inversión, que será de 2.841 millones. El grueso de la misma, 1.376 millones de euros, estará destinada al pago de los Programas Especiales de Armamento (PEAs), que suponen la columna vertebral de la modernización de las FAS. Otros 399 euros irán destinados a créditos corrientes que no tienen que ver con los PEAs y otros 277,7 millones a inversiones reales relacionadas con las misiones en el exterior.
También aparece en este capítulo un fondo de reserva de algo más de 700 millones de euros, que tiene como objetivo poder hacer frente a cualquier gasto relacionado con el nuevo ciclo inversor para modernizar las Fuerzas Armadas que ya ha sido anunciado por el Ministerio de Defensa.
En lo que respecta al presupuesto con el que contarán los tres ejércitos, fuentes del Ministerio de Defensa especificaron a Libertad Digital que el Ejército de Tierra contará en 2018, si se aprueban las cuentas públicas, con una partida de 384,6 millones de euros (un 10,22% más que en 2017), la Armada con una partida de 166,9 millones de euros (un 17% más que en 2017), y el Ejército del Aire con una partida de 178,1 millones (un 19,66% más que en 2017).