Desde primera hora de la mañana ya se empezaba a mascar la tragedia en el independentismo. Si este miércoles los de Puigdemont filtraban a los medios que había "plena sintonía" con la CUP, de ahí lo de precipitar el plan Turull para poder investirle presidente in extremis, el diputado antisistema expresaba sus dudas por la mañana en una entrevista en Cataluña Radio. "La posición de la CUP sigue siendo la de las cuatro abstenciones", exigiendo un programa de desobediencia horas antes del comienzo del pleno.
Sin embargo, la propuesta de los de Puigdemont para convencerles ha sido la de un presidente con fecha de caducidad: una moción de confianza en un mes. Para los radicales no ha sido suficiente, y dejando totalmente desarmados a los socios independentistas, media hora antes del pleno anunciaban que con sus votos no harían presidente este jueves al candidato convergente Jordi Turull.
Su discurso era el más esperado en la bancada de Junts per Catalunya. El diputado de la CUP Carles Riera ha criticado con dureza lo que ha considerado "discurso autonomista" del candidato Turull y ha advertido de que si no se volvía a intentar investir al fugado Puigdemont, su formación daba por acabado el "procés" y por extensión, sus alianzas. "Pasamos humildemente a la oposición, combatiendo al Estado pero también el autonomismo, desde la calle y desde nuestros escaños".
En su intervención en el Parlamento catalán para posicionarse sobre el discurso de investidura hecho por el candidato Jordi Turull , Riera ha confirmado que la CUP se abstendrá en la votación de este jueves y ha reprochado la estrategia seguida en los últimos meses por los partidos independentistas mayoritarios, JxCat y ERC.
Sobre la intervención de Turull, el diputado y portavoz de la CUP ha reconocido que le ha sorprendido porque, aunque lo podía respetar "desde la lógica antirrepresiva contra el Estado", esto "es un discurso de investidura autonomista, con propuestas neoliberales, no es un discurso republicano, sino del PDeCAT".
Se activa el reloj
Convencidos hasta este miércoles de que podrían convencer a los antisistema, los socios de JxCat y ERC precipitaban sus planes arriesgándose a poner en marcha, para ellos el temido reloj hacia unas nuevas elecciones. Con la negativa de la CUP a investir en primera vuelta a Turull el plazo de dos meses que establece la ley de Presidencia del Gobierno catalán se ha activado este jueves. Ahora, si durante estos dos meses no se encuentra a otro candidato que pueda ser investido, el Parlamento catalán quedará disuelto el próximo 22 de mayo. Las elecciones autonómicas se celebrarían 54 días después, eso es, el 15 de julio, según establece la Ley Orgánica del Régimen Electoral General.
Los de Puigdemont no quieren tirar la toalla, son conscientes de que están perdiendo apoyos y no quieren arriesgarse a unas nuevas elecciones con su líder cada vez más en un segundo plano a nivel internacional. Por eso, desde este jueves se pondrán manos a la obra para intentar cerrar el nombre del que será el cuarto candidato. El "plan D" a Puigdemont que podría ser desde Elsa Artadi, hasta Quim Torra o Marc Solsona. Una vez consensuadas las nuevas siglas, el expresidente catalán tendrán que acceder a pagar el duro precio de dejar su escaño.
Hasta ahora se había resistido, pero la única opción que les queda si quieren formar gobierno pasa porque tanto Puigdemont como el diputado de ERC, Toni Comín dejen su acta. En este caso, y en segunda vuelta, los de JxCat y ERC conseguirían sacar adelante a su candidato con 66 escaños frente a los 65 del bloque constitucionalista, incluyendo a la marca de Podemos. Un gobierno que arrancaría la legislatura, con el bloque independentista completamente fraccionado.