La cita la anunció hace unas semanas el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Un intento por "visualizar la unidad" en el partido que se ha convertido exactamente en lo contrario: una oportunidad para evidenciar la ruptura existente entre la actual dirección con la vieja guardia y los barones territoriales.
Algo que comenzó con la cascada de bajas que se han ido conociendo desde entones. Ni Felipe González ni Alfredo Pérez Rubalcaba, entre los ex secretarios generales, ni el asturiano Javier Fernández, la andaluza, Susana Díaz, o el valenciano, Ximo Puig, entre los barones del partido, han acudido a tan magno evento.
"Problemas de agenda internacional", alegaron desde el entorno del expresidente del Gobierno. En el caso de Rubalcaba ni siquiera consta una excusa aunque por todos es conocido el monumental enfado del exlíder socialista con Sánchez por la purga a Elena Valenciano, tal y como adelantó Libertad Digital.
De los actuales barones han faltado los de las federaciones más importantes y numerosas, no en vano, todas susanistas y perdedoras en la batalla de las primarias hace diez meses. De hecho, la última en dar el plantón definitivo fue la perdedora de esa contienda interna, Susana Díaz, quien mantuvo el suspense hasta el final. Este viernes desde Jaén confirmó su ausencia este fin de semana porque está "volcadísima" en su comunidad autónoma donde tiene actos previstos en Sevilla. Y aseguró que "donde me quiere mi partido es trabajando".
Un fracaso de convocatoria que fuentes de la dirección socialista en Ferraz venden de éxito por los más de 1.000 inscritos y 150 ponentes de los diferentes talleres que tendrán lugar de jueves a domingo en Villaverde en Madrid. "Los que no vienen se retratan", dicen sobre todo en referencia a Díaz, porque consideran que "se proyecta claramente quien quiere unir y quien no al PSOE". En ello puso el acento el pasado lunes la vicesecretaria general, Adriana Lastra, preguntada por este periódico. "Hemos invitado a todo el mundo. A esta directiva nos hubiera gustado que participara todo el mundo".
Por si esto fuera poco, no sólo deslucieron el cónclave las ausencias sino también las presencias. En la tarde del viernes, el ex secretario general de la OTAN y ex Alto Representante de la Política Exterior para la Unión Europea, Javier Solana, participó en una de las conferencias con un durísimo discurso contra la deriva socialista. El socialista más respetado a nivel internacional se reconoció "triste".
Solana: "No estoy contento con el PSOE"
"Estoy muy triste cuando miro a mi partido. Y me gustaría trataros de transmitir que tenemos que cambiar el modo tristeza por el modo optimismo". Solana no puso paños calientes y dijo claramente: "No estoy contento con mi partido y vosotros tampoco estáis contentos con vuestro partido. Este partido tiene que estar unido, tiene que estar pensando en el futuro, tiene que estar con la sociedad en lo pequeño y en lo grande".
Entre los motivos de su enfado puso como ejemplos, dos: el Pacto de Estado por la Educación, en donde recriminó a los suyos haberse levantado de la mesa de negociación porque "España necesita un pacto educativo"; y el segundo, la prisión permanente revisable. En contra de lo dicho en la víspera por Zapatero, Solana sentenció –por si las dudas– que "el debate de la prisión permanente revisable tendría que haberlo ganado el PSOE pero lo ha perdido".
Sánchez clausurará este domingo su Escuela de Buen Gobierno habiendo aprendido la lección de no anunciar nunca un cónclave interno sin haberlo consensuado antes con la élite socialista.