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La CUP recicla la muerte del mantero de Lavapiés para sus protestas republicanas

Los separatistas antisistema manipulan a colectivos de inmigrantes de Barcelona para denunciar "el asesinato de Mbaye".

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La muerte del senegalés Mame Mbaye en el barrio madrileño de Lavapiés es munición para el independentismo. Los disturbios del jueves por la noche en la capital se han vendido por el nacionalismo catalán como un nuevo episodio de "brutalidad" policial. La tesis separatista es que si el 1-O las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se cebaron contra los catalanes, ahora les ha tocado recibir a los senegaleses en Madrid.

El nacionalismo aprovecha cualquier detalle para arremeter contra el Estado y a falta de un fallecido propio, a la CUP le sirve Mbaye, de modo que ha convocado protestas en toda Cataluña por los cinco meses que llevan los Jordis en la prisión de Soto del Real, para decir que quieren la república catalana ya y, de paso, mostrar su solidaridad con los manteros, a los que prometen toda clase de ventajas futuras si se suman a la causa republicana. Así es que decenas de simpatizantes de la formación separatista se han unido a la manifestación que el sindicato de manteros de Barcelona ha celebrado en el centro de la ciudad bajo el lema "ninguna persona es ilegal".

La CUP trata de capitalizar el malestar de los manteros y ha organizado actos "por el asesinato de Mame", versión del suceso indiscutida por el nacionalismo. Aseguran que ni olvidan a Mbaye ni perdonan y que el "racismo institucional" mata. Las protestas también tienen un componente antimonárquico. Quemar retratos del Rey es tendencia en las concentraciones separatistas. Arran, las juventudes de la CUP, ha tenido una significativa presencia en la protesta en Barcelona con el grito "¡nativa o extranjera, la misma clase obrera". Esta organización también reporta actos en Valencia y en Manresa en memoria del fallecido en Madrid.

El caso de Mame Mbaye coincide con la reapertura del asunto de la muerte de un vendedor ambulante en Barcelona en 2014. Los agentes de la Guardia Urbana Rosa Peral y Alberto López, ambos en la cárcel por el asesinato de un compañero, se enfrentan ahora a la revisión del expediente de un ciudadano de nacionalidad española que según la versión aceptada hasta ahora se había precipitado por un barranco tras agredir a la agente Peral.

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