Albert Rivera ha aprovechado la reunión ordinaria del Consejo General de Ciudadanos, reunido este sábado en Madrid, para lanzar un mensaje de firmeza ante el futuro Gobierno de Cataluña, horas después de que el presidente del Parlamento autonómico, Roger Torrent, suspendiera el pleno de investidura de Jordi Sànchez previsto para este lunes.
"Lo que viene ahora, seguramente es un Gobierno independentista, espero que dentro de la Constitución y del Estatuto. Y si no ya saben lo que hay: justicia, Consticución y Ley", ha asegurado ante los 150 miembros del máximo órgano entre congresos de la formación naranja, entre ellos los principales dirigentes territoriales de Ciudadanos, como Inés Arrimadas, Juan Marín o Begoña Villacís. Faltaba el líder autonómico madrileño, Ignacio Aguado, que se encuentra de baja de paternidad.
Rivera se ha dirigido a los separatistas para advertirles de que "si quieren estar fuera" del marco estatutario y constitucional "ya han probado lo que sucede", en una inequívoca alusión al artículo 155 de la Carta Magna, vigente aún en Cataluña.
Alargar el procés para vivir
Rivera se ha referido al proceso secesionista como algo "agotador" ya que sus protagonistas, ha afirmado, "sólo quieren lío, lío y lío. Quieren alargar el procés porque no saben vivir de otra cosa". Para el líder del partido más votado por los catalanes, el camino hacia la independencia se ha convertido en un "modus vivendi" como a su juicio demuestran los documentos incautados a los Mossos D’Esquadra, en los que, tal y como ha recordado, los hijos de Jordi Pujol "idearon el procés para intentar huir hacia adelante con la corrupción del tres por ciento".
Con sarcasmo, Rivera se ha referido a los dos candidatos postulados hasta ahora por el bloque independentista: "No sé cuantos candidatos imputados, encarcelados seguirán proponiendo. De momento llevan dos, el de Waterloo [Carles Puigdemont] y el señor Sànchez, que el pisoteaba coches de la Guardia Civil y rodeaba jueces. A ver si encuentran alguno que no esté imputado ni por malversación, ni por sedición ni por rebelión".
El Consejo General, una balsa de aceite en un partido que crece en votantes y en afiliación, se ha salvado sin mayores problemas con la aprobación de las cuentas del último año.