Cayetana Álvarez de Toledo, María San Gil, Cristina Losada y otras veinticinco mujeres firman este martes en El País un manifiesto llamado "No nacemos víctimas" en el que no se reconocen "como víctimas de nacimiento de lo que llaman el heteropatriarcado" y lamentan "que una ideología contraria a la libertad pretenda arrogarse la representación de la mitad de la humanidad".
Estas mujeres expresan su "inquietud" ante una corriente de opinión "supuestamente feminista que pretende hablar en nombre de todas las mujeres, imponerles su forma de pensar y retratarlas como víctimas de nacimiento de lo que llaman el heteropatriarcado". "Nosotras no nos reconocemos –añaden– víctimas de nuestros hermanos, parejas, padres, hijos, amigos y compañeros, nuestros iguales masculinos. Nos rebelamos contra esa política de identidad que nos aprisiona en un bloque monolítico de pensamiento que niega la individualidad".
El manifiesto señala que "la situación de las mujeres en España, según todas las estadísticas de organismos internacionales, es de las mejores del mundo" y que nuestro país "es uno de los más seguros del mundo para las mujeres, con un índice de violencia de pareja comparativamente inferior a nuestro entorno, incluidos los igualitaristas países nórdicos". Sin embargo, "coincidiendo con la entrada en vigor de la Ley de Violencia de Género, se ha instalado en el discurso predominante en los medios y en la política una corriente de pensamiento que presenta a las mujeres como víctimas por definición de una sociedad machista".
Las firmantes celebran la eliminación de las barreras "para que las mujeres puedan colmar sus más altas ambiciones profesionales" y apuntan que "la brecha de género en profesores de ciencia y tecnología" requiere "nuevos enfoques pedagógicos y respeto a las opciones de cada una de las mujeres". "El 8 de marzo –continúan– conviene celebrar que la gran mayoría de las mujeres en España somos libres para elegir carrera profesional, trabajo y tipo de vida".
El manifiesto reza que "las niñas de hoy necesitan saber que ellas no son víctimas y que tienen su futuro en sus manos". "Hace cuatro décadas que las mujeres en España dejaron de depender de los hombres para conquistar la igualdad. A muchas nos sobra el paternalismo y lamentamos que una ideología contraria a la libertad pretenda arrogarse la representación de la mitad de la humanidad y que se alimente de dinero público, de nuestro dinero, para fomentar una guerra de sexos que nos degrada y nos aleja de un futuro compartido", concluyen.