El presidente del PP-A, Juanma Moreno, ha certificado que renunciará a seguir al frente del partido en Andalucía si en cuatro años no consigue el objetivo de ser presidente de la Junta. Mantiene así, asegura, el compromiso que alcanzó cuando llegó al cargo en marzo de 2014: ocho años de plazo para llegar al gobierno de Andalucía.
Lo ha hecho en una entrevista en Ondaluz, emitida este pasado lunes y recogida por Europa Press. Moreno ha defendido que ocho años es un plazo "más que razonable" y que, si en ese periodo no ha logrado el objetivo, "evidentemente no lo voy a conseguir en 12 años". Olvida
que Javier Arenas, computando todos los tiempos, tardó más en estar a punto de conseguirlo en marzo de 2012 cuando ganó las elecciones, pero no pudo ser presidente de la Junta.
En caso de tener que seguir en la oposición, que es lugar que ocupa el PP andaluz desde hace 36 años, "lo mejor que puedo hacer y lo mejor que haré es dar paso a otro compañero", añadió reconociendo que se equivocó porque no había calculado que Andalucía era tan grande y no ha podido llegar a todos los rincones de la tierra a pesar de describir su intensa dedicación.
Insólito es que un presidente de partido, aunque sea regional, anuncie con antelación que su propósito es abandonar si no consigue el gobierno en cuatro años. Es inusitado porque este tipo de anuncios suelen provocar movimientos magmáticos de amigos y enemigos fuera y dentro de la propia formación política.
En estos momentos, el PP andaluz sufre tres crisis de calado. Una en Jaén, donde alcaldes y concejales hasta ahora fieles al propio Moreno han anunciado su propósito de incorporarse a Ciudadanos. En Granada, donde el caso Serrallo se ha llevado por delante al ex alcalde José Torres y nueve concejales de la capital. Y finalmente, en Sevilla, donde no se percibe acercamiento entre los arenistas, actualmente en el poder local, y los partidarios de José Luis Sanz y Juan Ignacio Zoido.
Según las encuestas más recientes, el PP no ganará las próximas elecciones de 2019 -si no se produce el anticipo electoral que el propio Moreno vaticina-, y solo podría gobernar con el apoyo expreso de un partido como Ciudadanos que, aunque lastrado por la conducta ancilar de su líder, Juan Marín, ante Susana Díaz, está al alza disputando el centro político al propio PP.
Hace un año, el propio PP andaluz encargó una encuesta preelectoral de 1.200 entrevistas telefónicas según la cual ni siquiera juntos PP y Ciudadanos podrían llegar al gobierno de la Junta de Andalucía aunque el PSOE perdía 8 o 9 escaños.
El sondeo realizado por la consultora Bevents Comunicación arroja la conclusión de que Juanma Moreno y Juan Marín controlarían entre 52 y 53 escaños del Parlamento andaluz cuya mayoría absoluta está en 55. Es decir, aunque en esta encuesta PSOE y PP obtendrían empate técnico con 40 diputados más o menos cada uno, Juan Manuel Moreno, que subiría 7 escaños, no podría ser elegido presidente de la Junta.
El último sondeo conocido, de la empresa Celeste-Tel sobre 2.450 entrevistas realizadas el pasado mes de diciembre, daba un resultado notablemente diferente. Publicada el pasado 13 de enero en La Opinión de Málaga, su conclusión es que el PP está a la baja, que se recupera el PSOE y que sube como la espuma Ciudadanos.
Según su intención de voto, el PSOE obtendría 48 escaños (35,9% de los votos), uno más que en las autonómicas de 2015; el PP lograría 31 diputados (24,8%), perdería dos escaños siguiendo la tendencia a la baja del partido en toda España; Ciudadanos obtendría 13 diputados (11,8%), cuatro más que en 2015; Podemos pierde dos escaños y pasaría de 15 a 13 (13,6%) e IU bajaría hasta los 4 diputados (6,4%), perdiendo uno en relación a las votaciones de marzo de 2015.
Según estos datos, la posibilidad de un gobierno del PP, incluso con la ayuda de Ciudadanos, se alejaría notablemente y Moreno tendría que esperar a las próximas elecciones, a celebrar en 2023, si los plazos son los previstos en todos los casos, para intentar el gobierno andaluz. El problema es que ya llevaría más de ocho en la presidencia del PP andaluz, a la que llegó, como ya se ha dicho, en 2014.
Falta, ciertamente, la encuesta considerada oficial de la Junta de Andalucía, que elabora EGOPA, de la Universidad de Granada y que no se realiza –al menos, no se publica–, desde hace un año. Este verano, que debía hacerse público el contenido de su conocido como "Egopa de verano", se adujo falta de fondos. De todos modos, en la anterior del invierno de 2017, sus resultados no permitían tampoco un gobierno de coalición PP-Ciudadanos.