En la guerra entre PP y Ciudadanos no se hacen prisioneros. La prisión permanente revisable, el pacto por la Justicia, la equiparación salarial entre cuerpos policiales, la ponencia del Estatuto vasco que defiende ahora el PNV y, cómo no, la corrupción, con la negociación sobre los Presupuestos siempre sobrevolando, son asuntos que están enconando como nunca antes la relación de los dos únicos partidos que le dieron un sí a Mariano Rajoy en su investidura.
En este ultimo apartado los populares aceptaron la creación de la comisión de investigación sobre sus cuentas, por la que han desfilado, entre otros, el extesorero Rosendo Naseiro, el cabecilla de la trama Gürtel, Francisco Correa, o el exdirector de El Mundo, Pedro J. Ramírez. Pero a cambio, y aprovechando su mayoría en el Senado, respondieron con una comisión sobre la financiación del resto de formaciones políticas de la que ya se han retirado los partidos de la oposición y en la que se ha sometido a escrutinio, por ejemplo, a uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero. Ahora, este jueves y el próximo, Ciudadanos será el objeto del escrutinio del PP, con la comparecencia el día 22 del tesorero naranja, Carlos Cuadrado.
Antes que Cuadrado, este jueves el PP ha llamado a cuatro exmilitantes críticos de Ciudadanos, en conflicto abierto con el partido desde hace años y algunos de los cuales ha publicado un libro crítico con Rivera.
Sobre esto último, el propio Villegas admitía este miércoles "algunas salvedades" que ha señalado el Tribunal de Cuentas y que, ha dicho, "vamos a evitar en los próximos ejercicios". "No hay ninguna sombra, más allá de las que el señor Maillo se quiera inventar" añadía Villegas. "Sombras" que se refieren a cuatro aspectos concretos.
Las "donaciones de terceros"
El Tribunal de Cuentas los señala en su informe sobre la financiación de los partidos políticos españoles, refiriéndose a la campaña de las municipales de 2015. Villegas daba explicaciones: "14.000 euros de donaciones en especie, que se corresponde a candidatos que pusieron dinero para pagarse su campaña, que no lo tenían que haber hecho. Que se hizo la factura a nombre de Ciudadanos, que Ciudadanos contabilizó esa factura y que Ciudadanos presentó esas facturas con su contabilidad al Tribunal de Cuentas".
Sobre si el partido autorizó ese procedimiento, la mano derecha de Rivera se explicaba: "Se controló a posteriori, porque se hizo durante la campaña, cuando ya te encuentras el gasto hecho y la factura. Lo que hicimos fue verlos, pero no ocultarlo". "Nosotros no ocultamos dinero en cajas de puros" añadía Villegas en una velada pero inequívoca alusión a Rajoy y a las acusaciones que sobre el presidente del Gobierno se han hecho en los últimos años, a cuenta del caso Bárcenas.
Las cuentas de los grupos municipales
No es un asunto nuevo. En 2016, cuando esos grupos llevaban un año funcionando, el partido tuvo que destituir a su delegado en Murcia, donde se habían cometido irregularidades, como también en Logroño. Pero Ciudadanos defiende que es legal centralizar en una sola cuenta bancaria las cuentas de todos esos grupos, precisamente para evitar irregularidades. El asunto, del que se hablará este jueves en el Senado, es de todo menos sencillo desde el punto de vista legal, por lo que en su día el partido naranja encargó un informe jurídico.
Baste decir que ni siquiera está claro que los grupos municipales deban tener un Código de Identificación Fiscal (CIF) propio y no del partido político, como se le ha reprochado a Ciudadanos. O que no queda establecido con nitidez, por ejemplo, si el dinero público que reciben los grupos en las distintas asambleas autonómicas puede utilizarse también para gastos del partido a nivel orgánico (algo que, por ejemplo, contempla la subvención que recibe cada grupo parlamentario en el Congreso).
El alquiler de la sede de Madrid
Desde 2015, Ciudadanos tiene su sede central en Madrid y no en Barcelona, como ocurría desde la fundación del partido en 2006. Un edificio situado enfrente de la Plaza de Las Ventas, propiedad de Caser Seguros. El PP considera que el precio del alquiler (30.000 euros mensuales) es bajo, casi "de amigo".
Fuentes del partido naranja afirman que el precio se debe a dos factores. El primero la peculiaridad del edificio, cuya propiedad es difícilmente compartible, ya que la planta baja es de paso obligatorio, sin haber un portal como el de los edificios de viviendas, y el segundo la "buena negociación" que dicen haber hecho, puesto que durante un tiempo los propietarios no consiguieron inquilino alguno.
La operación Libertas en 2009
El PP se remonta a hace casi una década, cuando Ciudadanos y Albert Rivera eran algo muy distinto. Fagocitado políticamente por la entonces emergente UPyD, que frenó su primera intentona de expansión nacional, Rivera decidió buscar compañías extemporáneas a su proyecto político (entonces aún con un ideario socialdemócrata que se abandonaría en 2017). Y así, se alió con el expresidente de la ONCE, Miguel Durán, y el millonario irlandés Declan Ganley, un político euroescéptico, artífice de la victoria del NO en el referéndum en su país sobre la Constitución Europea celebrado en 2008, que un año después franquició varias candidaturas en distintos países para las elecciones europeas de 2009.
Su contacto en España fue el presidente del grupo Intereconomía, Julio Ariza, quien llegó a plantearle la operación al entonces dirigente del PP, Santiago Abascal. El hoy líder de VOX la rechazó y fue entonces cuando Rivera ligó su suerte a la marca Libertas, algo que en muchas ocasiones ha reconocido como el mayor error de su carrera, que le situó en la "UCI política". Según una de las personas que participó en aquella operación, el fracaso fue triple: no se logró eurodiputado alguno, se originó una crisis sin precedentes en Ciudadanos, con el abandono de los dos primeros compañeros de Rivera en el Parlament, Antonio Robles y José Domingo, y, según este dirigente, "el dinero prometido por Ganley nunca llegó".
Pese a todo, en el cuartel general naranja se mantiene la calma. Un estado de ánimo que trataba de plasmar Villegas: "Este chiringuito que se ha montado el PP en el Senado, en el que sólo preguntan ellos y donde la mesa está compuesta únicamente por senadores populares, donde ellos arbitran y juegan, no nos provoca ninguna inquietud".