Continúa el bloqueo en Cataluña. El pugdemontismo no se da por vencido a pesar de las gestiones del fugado para alquilar una gran mansión en Waterloo. La operación inmobiliaria ya estaba cerrada, según informó la prensa belga. El amigo inseparable de Puigdemont, Josep Maria Matamala, había firmado el contrato y abonado dos mensualidades del contrato. Todo estaba dispuesto para el traslado a la casa, una magnifica propiedad de más de quinientos metros cuadrados, garaje para cuatro vehículos y una terraza de cien metros ante diez hectáreas de bosque. Lo propio de un presidente exiliado con espacio para el servicio a razón de 4.400 euros al mes.
Sin embargo, la publicación de la noticia ha reventado los planes de Puigdemont. Matamala, según La Vanguardia, ha llamado a la inmobiliaria para quejarse por la filtración. Puigdemont se estaría replanteando la operación. El alquiler de la mansión no casa con sus pretensiones de ser presidente de la Generalidad.
Más munición para ERC
ERC tiene más munición. Del trascendido de Waterloo se infiere que el fugado no planea precisamente regresar a España. Los republicanos redoblan la presión sobre los diputados de Junts per Catalunya para que acepten la realidad. El portavoz de Puigdemont Eduard Pujol, exdirector de la radio del conde de Godó, ha tratado de salir al paso este viernes al afirmar que tienen "un plan" para que pueda ser investido su líder a pesar de los condicionantes judiciales y constitucionales. "Sólo faltaría que a estas alturas no tuviéramos un plan", se ha exclamado Pujol para acto seguido añadir que no lo hacen público porque todavía no se lo han contado a ERC, que a su vez no hace más que pedirlo.
Sin prisas
La candidatura de Puigdemont es ahora quien no tiene prisa mientras en ERC aumenta la urgencia. Según Pujol, su jefe podía haber sido investido "con el reglamento en la mano" el pasado martes, cuando Torrent decidió semiacatar al Tribunal Constitucional y aplazar la sesión. El entorno de Puigdemont es de la opinión de que el tiempo muerto es indefinido y que no corren los plazos, una tesis tan endeble como la de que el expresidente no puede ser inhabilitado. Todo es posible, considera Pujol, por lo que "sería una insensatez renunciar a aquello que puede ser". "Estamos acostumbrados a comprar relatos de cosas que no pueden ser y acaban siendo posibles", abundó el diputado de Junts.
Continúan las reuniones mientras el separatismo digiere las confesiones telefónicas de Puigdemont al indiscreto Toni Comín y ahora el tema del casoplón en Waterloo, que también tiene sauna y una cocina muy equipada. A mayor abundamiento se sitúa en la calle del Abogado.