'ABC' se la devuelve al 'Times': los ingleses son sucios, borrachos y violentos

Este domingo, The Times publicó un artículo titulado "Cómo ser español" describiendo a los habitantes del Reino de España como impuntuales, maleducados y desagradecidos. Ilustrado con un torero hipster, Chris Haslam aconseja: "Habla como un camionero, bebe vino tinto congelado y siempre termina tu cena".

"Primero aprende el idioma, luego broncéate y, por último, aprende a distinguir entre tapas y pinchos", escribe el periodista. "Olvídate de la cortesía anglosajona, discreción y decoro. Debes entrar en un bar, besar y abrazar a completos desconocidos, gritar 'oiga' al camarero y tirar al suelo todo lo que no te puedas comer o beber. Excepto los vasos, recuerda", añade.

Este lunes, ABC responde con otro artículo al diario británico. Álvaro Martínez escribe: "Lo primero: enmoquete usted cualquier superficie inmobiliaria bajo techo porque Gran Bretaña, país de acogida, puede ser también la tierra prometida de todos los ácaros. (…) La higiene, por tanto, ha de relativizarla bastante si usted quiere ser un inglés como los españoles que pinta Haslam, porque el agua es un bien escaso y hay que racionalizar su uso".

El periodista de Vocento aconseja cenar "a la hora de merendar" y "si lo hace fuera de casa, acuda a un restorán de cocina extranjera, pues le será difícil encontrar uno medio decente de cocina británica (ese oxímoron), a no ser que le encante el pescado local (opción improbable) o su legendario pastel de ruibarbo, de asombrosas propiedades laxantes para estómagos poco entrenados".

Martínez dice que "si quiere ser inglés inglés", cuando viaje fuera meta unos calcetines blancos "imprescindibles para las sandalias que calzará todas las vacaciones". "En destino –continúa–, y especialmente si es joven, dedique 20 de las 24 horas del día a la ingesta inmoderada de alcohol, y cuando ya tenga la lengua de canto y no se le entienda, tras un par de broncas callejeras, puede probar con el balconing en el hotel".

El artículo finaliza aconsejando exagerar mucho, "hasta el sensacionalismo si cabe, otra gran aportación británica al mundo".