Carme Forcadell, que está en libertad bajo fianza de 150.000 euros, no será la próxima presidenta del Parlament. La también expresidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) se niega a aceptar la propuesta de su partido y de Carles Puigdemont. La restauración de "los legítimos" pierde otra pieza tras la retirada de Carles Mundó, exconsejero de Justicia.
Sobre Carme Forcadell pesa una investigación del Tribunal Supremo por una acumulación de causas tanto por su papel como presidenta de la cámara, clave para los pronunciamientos separatistas y el desarrollo del aparato legislativo de la república, como por su labor previa al frente de la ANC.
En una rueda de prensa en la cámara catalana, Forcadell ha presumido de las 26 leyes aprobadas durante su mandato y del carácter social de algunas de ellas, a pesar de que doce de ellas han sido suspendidas por el Tribunal Constitucional. Ha llegado incluso a presumir de la reducción del parque automovilístico de la cámara y de la sustitución de los modelos de gasolina por otros híbridos.
Forcadell ha insistido en que su tarea al frente de la mesa del Parlamento ha consistido en aplicar la voluntad popular, dar curso a la libertad de expresión y garantizar la soberanía de la cámara hasta la aplicación del artículo 155. En su opinión, "los miembros de la mesa nos hemos limitado a garantizar una cosa tan sencilla como que en un Parlamento se pueda hablar de todo y lo que debería ser un hecho de normalidad absoluta se convierte en excepcional para Cataluña por la fobia del Gobierno a la negociación y el diálogo".
Pensión vitalicia
Los dos años al frente de la cámara le dan derecho a cobrar una pensión vitalicia de más de seis mil euros mensuales cuando abandone la política. De momento, ha anunciado que no se retira pero que ha cerrado una etapa.
De los miembros de la mesa del Parlament investigados por el Supremo, Forcadell y Lluís Guinó seguirán como diputados. Los convergentes Lluís Corominas y Ramona Barrufet y la republicana Anna Simó han dejado la política. A esta lista se añaden en los últimos días la dimisión de Artur Mas como presidente del PDeCAT y la retirada del republicano Mundó.
Optan a presidir la cámara catalana Ernest Maragall y Antoni Castellà, ambos de las listas de ERC. No se descarta tampoco que se nombre presidente a un diputado de Junts per Catalunya si nadie en las filas republicanas acepta autorizar una investidura de Puigdemont telemática o por delegación.