Un millar de personas han hecho frente al frío este martes en la Plaza Mayor de Nou Barris, uno de los feudos tradicionales del socialismo catalán en Barcelona en el que Ada Colau cimentó parte de su éxito en las municipales de 2015 e Inés Arrimadas el suyo en las autonómicas de ese año. Lo han hecho para respaldar a la candidata de Ciudadanos y a Albert Rivera en su cierre de campaña.
Arrimadas ha vuelto a advertir a los constitucionalistas sobre los peligros del voto al PSC, su mensaje fuerte de los últimos días de campaña. En su último discurso ha pedido que "nadie se la juegue", en referencia a quienes quieran apoyar a Miquel Iceta, de quien ha recordado sus pactos del pasado con ERC y sus devaneos durante la campaña con el secesionismo, con su propuesta, luego rectificada de indultar, llegado el caso, a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras.
El discurso de Arrimadas ha sido precedido de otro en el que el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha recordado los duros inicios del partido naranja hace una década, cuando irrumpieron por sorpresa con tres diputados en el Parlament.
Arrimadas contesta a una cacerolada
Hasta ese momento el mitin ha transcurrido con normalidad, pero ya con Arrimadas en el uso de la palabra ha comenzado a sonar una cacerolada que pretendía boicotear el acto. Arrimadas ha contestado asegurando que los "demócratas no boicoteamos" y el público ha respondido levantándose y con gritos de "presidenta" que se han repetido durante toda la tarde.
También a los socialistas se ha dirigido Albert Rivera, que ha acusado al expresidente Pascual Maragall de hacer traicionado a quienes le votaban en lugares como Nou Barris, entregando la "educación de nuestros hijos" y otros aspectos, como los medios de comunicación, a ERC, dentro del Gobierno tripartito que sucedió a Jordi Pujol en el poder en el año 2003.
Rivera y Arrimadas han vuelto a arremeter contra los actores del desafío secesionista, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras, a los que "no les importaba nada más que la independencia" mientras eran ajenos, han dicho, a los problemas sociales de los catalanes.
"Devolverle" una victoria al Rey
Rivera ha elogiado, una vez más, el discurso del Rey el pasado tres de octubre en respuesta al golpe secesionista y ha recordado que días después una multitud inundó las calles de Barcelona en la mayor manifestación constitucionalista que se recuerda.
Aludiendo a la respuesta del jefe del Estado, de la ciudadanía y de la Unión Europea, Rivera ha pedido ofrecer a cambio una victoria naranja en las urnas: "Vamos a conjurarnos para que lo que hizo el Rey, el pueblo español, lo que hizo Europa se lo devolvamos con una victoria de Ciudadanos en las urnas el 21 de diciembre".
La plana mayor de Ciudadanos ha estado en el cierre de campaña, con el grueso de los principales candidatos y otros dirigentes como el portavoz parlamentario, Juan Carlos Girauta. En primera fila también estaba el exdiputado de Convergencia Xavier Cima, marido de Arrimadas, a quien su esposa saludó emotivamente durante su discurso, lanzándole un beso desde el escenario.
Tras haber logrado hace dos años el hito de convertirse en el primer partido de la oposición, Ciudadanos aspira a lograr una victoria que apuntan algunas encuestas y que sería la primera derrota electoral de los nacionalistas en la historia democrática de Cataluña.