Las candidaturas separatistas no lograron forjar ni un miniprograma en común y ya se han enredado en campañas incompatibles. ERC apela al realismo y pide el voto a los partidarios de Puigdemont porque el expresidente, alegan, no podrá regresar del "exilio" de Bruselas. Es la respuesta arbitrada por Marta Rovira, la teórica número dos de la formación republicana y que también defiende el hombre de moda en la formación, el excarcelado Carles Mundó.
Fue Junts per Catalunya quien desató las hostilidades en el frente separatista con la tesis de que cualquier otro presidente que no sea Puigdemont supone la aceptación en toda regla del artículo 155 de la Constitución. Cualquiera que sea el resultado, la estratega de Puigdemont, Elsa Artadi, considera que los votos que obtenga ERC, aunque sean más que los la lista presidencialista, deben servir para regresar al estadio previo a la declaración de independencia en el Parlament del 27 de octubre.
La improvisada réplica republicana es que Puigdemont ha quedado fuera de juego al marcharse a Bruselas mientras que Junqueras, junto a Mundó, Dolors Bassa y Raül Romeva optaron por hacer frente a los jueces y a las graves acusaciones que penden sobre los miembros del último gobierno autonómico. El contraste del cartel del candidato preso frente al del fugado es el principal argumento de los republicanos. Ni unos ni otros explican cuál es el plan para el día después de las elecciones.
Junts per Catalunya, al alza
Las encuestas inciden en el aumento de las expectativas de Puigdemont y de su apuesta por enterrar las siglas convergentes del PDeCAT en una lista formada por gran número de independientes de la órbita independentista pero sin carnet de partido. La distancia entre ERC y la candidatura de Puigdemont ha quedado reducida a la mínima expresión. Sólo Ciudadanos discute la hegemonía nacionalista y aparece como una cuña entre los partidarios de Junqueras y los del expresidente catalán.
La lista de Puigdemont también cuenta con el factor de los presos. El exconsejero de Interior y responsable político de los Mossos d'Esquadra, Joaquim Forn, permanece en Estremera y hoy ha comparecido por primera vez en campaña Meritxell Borràs, exconsejera de Gobernación. Borràs no va en las listas y ha optado por un discurso sentimental. Ha sido la presidenta de la "Associació de Municipis per la Independència y alcaldesa de Vilanova i la Geltrú, Neus Lloveras, la que ha introducido la novedad del día. que Puigdemont retorna a Cataluña para ser restituido "gracias a los votos del 21-D". Otro alcalde convergente, el de Valls, Miquel Batet, ha abundado en el nuevo argumento mágico. El retorno del exilio es posible. Necesita ganar las elecciones con claridad. Su regreso "no pasa por la victoria del independentismo, sino de Juns per Catalunya", alegó. El mensaje en vídeo de Puigdemont para el sábado es del mismo corte: "si nos lo proponemos, nos veremos pronto en Cataluña".
Sin embargo, Jordi Turull y Josep Rull, los otros dos expresos del PDeCAT, no parecen tan concernidos en la estrategia de Puigdemont para regresar gracias a una victoria sobre ERC y comienzan a dar pasos para postularse como recambios para la presidencia de la Generalidad. Puigdemont tiene otra apuesta para ese caso y es la de Elsa Artadi,su coordinadora de campaña cuya principal ventaja es que se dio de baja del PDeCAT a principios de verano.
Oposición en segundo plano
El "enemigo" común, los partidos del 155, han pasado a un segundo plano en los discursos separatistas. Puigdemont centra los contenidos de la campaña en una interpelación constante a ERC sobre el sentido de su voto tras las elecciones. El expresidente habla de Junqueras como de "su" vicepresidente. ERC trata de escapar de la trampa y abre el campo de las críticas a Catalunya en Comú, los podemitas. "Al fascismo se le combate, no se le duerme" ha dicho Gabriel Rufián a Podemos respecto a la acusación a los "soberanistas" de haber despertado al monstruo con la unilateralidad. El exdemocristiano Antoni Castellà, ahora en la lista republicana, reivindica la vigencia de la coalición Junts per Sí y dice que ahora está representada en ERC. Él se presenta como la evidencia.
La CUP, sobre el que los sondeos predicen un ligero retroceso de diez a siete u ocho diputados, carga en sus actos contra los republicanos. Ahondan en la llaga de la aceptación de la vía del 155 por el flanco del tímido rechazo de ERC a la unilateralidad. El partido de Junqueras es el rival a batir en la pinza de campaña de la CUP y Junts per Puigdemont.