Joaquím Forn reclama una última oportunidad. Pablo Llarena, el magistrado que ha acumulado el grueso de la causa por rebelión, sedición y malversación en el Tribunal Supremo, certificó su mantenimiento en prisión incondicional porque, como antiguo responsable de los Mossos, si reiterara en los delitos produciría una "explosión violenta" sin "margen de corrección". El exconsejero catalán de Interior, cesado en virtud del artículo 155 de la Constitución, ha solicitado al juez una nueva comparecencia voluntaria donde, según el escrito, responderá "profusamente" a todas las cuestiones del procedimiento.
El propio Forn fue el único de los ocho exconsejeros y los Jordis citados el pasado viernes que respondió a todas las preguntas de su abogado, por supuesto, pero también de la Fiscalía y de la acusación popular que conduce VOX. Sin embargo, su letrado Daniel Pérez-Esqué ha explicado que, por orden de Pablo Llarena, el interrogatorio se ciñó al debate sobre los riesgos de fuga, destrucción de pruebas y reiteración delictiva que sustentan las medidas cautelares, sin poder colaborar en relación a los hechos investigados.
Puesto que la Ley de Enjuiciamiento Criminal reconoce a los imputados el derecho a comparecer cuantas veces consideren, el abogado del exconsejero ha pedido un nuevo interrogatorio "con la firme voluntad de dar cumplida explicación de todo aquello que en la querella se atribuye".Ante la "gravosa situación que viene sufriendo" Forn, según el escrito, ha de practicarse "esa declaración en toda regla, con asistencia de todas las partes, sin demora".
Forn manifestó ante el Pablo Llarena que acataba el artículo 155 de la Constitución en la extensión aprobada por el Gobierno aunque lucharía contra él "por las vías democráticas". Como el resto de los comparecientes, tampoco renunció al objetivo último de su programa: la independencia de Cataluña.