Los partidos del bloque constitucionalista (PPC, PSC y Cs) han incrementado notablemente el gasto destinado al buzoneo de propaganda electoral para facilitar que sus votantes lleven desde casa el sobre y la papeleta que depositarán en la urna en las elecciones del próximo 21 de diciembre.
El clima de tensión que se vive en Cataluña con la aparición de varios monigotes colgados de un puente simulando a los votantes del PP, PSC y Cs, el ataque de unos radicales que intentaron quemar la bandera de España que una familia tenía colgada en el balcón de su casa, o las presiones que han recibido los hijos de Guardias Civiles y Policías Nacionales tras la aplicación del artículo 155, son algunos de los factores que apuntan a que hay un voto oculto, temeroso de confesar su afinidad política debido a las presiones, pero que podría resultar determinante el próximo 21-D.
Ciudadanos ha incrementado los recursos económicos destinados a esta campaña electoral. Según apunta El País, el partido gastará 21,1 millones de euros, un 31% más de los 1,6 millones que se invirtieron en las pasadas elecciones de 2015. Este incremento se debe en buena parte a que se han duplicado los fondos destinados a la partida de mailing (la captación de votantes a través del correo electrónico).
El Partido Popular ha anunciado que duplicará el buzoneo de propaganda electoral en algunas provincias, especialmente en el área metropolitana de Barcelona. También sumará un segundo envío de mailing pagado por el partido en municipios como Castelldefels, Santa Coloma de Gramanet o Badalona. El PP calcula que hay entre un 25 o 30% de votantes indecisos, situados en el 'no sabe, no contesta' de las encuestas', dentro del cual está el "voto oculto" de ciudadanos que sienten "miedo" o "vergüenza" a confesar que votan a los populares.
El presidente del PPC, Xavier Garcia Albiol, es consciente de que hay muchos ciudadanos que sintonizan con sus propuestas, pero luego no se atreven a coger la papeleta del PP en los colegios electorales. "En algunos casos vamos a enviar dos veces el mailing para que la gente venga desde casa con el sobre cerrado", ha confirmado.
Al reforzar el envío de mailing en algunas zonas, el PP quiere movilizar a ese votante que en unas elecciones generales apuesta por este partido pero en las autonómicas suele quedarse en casa. En las elecciones de septiembre de 2015, el PPC logró 11 escaños y confía en superar ese resultado si la participación llega al 80 o al 82%.
Con respecto al presupuesto del PSC, El País indica que los socialistas invertirán 1,74 millones de euros en esta campaña, un 21% más que en 2015. El presupuesto incluye una partida de 870.000 euros destinada al envío de papeletas a los hogares de los votantes.
Subvención electoral
La ley orgánica electoral establece que los partidos tienen derecho a una ayuda para los gastos del envío de propaganda electoral, de papeletas y sobres a los domicilios de los votantes durante la campaña. Pero establece unas condiciones: se cobran unos céntimos por elector de una circunscripción que consiga cada partido, siempre que la candidatura obtenga allí un escaño y logre además formar grupo parlamentario. Es el caso del PP, que tiene 11 escaños obtenidos entre las cuatro provincias catalanas y grupo propio en el Parlament.
Para las elecciones catalanas de diciembre, la subvención asciende a 17 céntimos por elector, según el real decreto que aprobó el Gobierno a principios de noviembre en el que ordenó todas estas cuestiones. En él se establece que los partidos pueden pedir anticipos por los gastos electorales, que no superarán en ningún caso el 30 por ciento de la subvención que recibió cada cual en las catalanas de 2015.
Los beneficiarios de esta ayuda tendrán en cualquier caso que justificar la realización efectiva de esta propaganda para la que se concede la subvención. Cabe añadir que este gasto no se tiene en cuenta para calcular el máximo que pueden gastar los partidos en campaña; la ley impone unos límites, es decir que en España los candidatos no pueden gastar tanto como quieran, pero la propaganda enviada a los electores queda al margen.