La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha defendido que la revolución democrática del siglo XXI "será feminista o no será, será de abajo a arriba o no será, será de las ciudades o no será", mientras que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha llamado a seguir trabajando para "acabar con el patriarcado" e instaurar una "cultura de las mujeres".
Ambas regidoras han compartido reflexiones este sábado en el Festival de Tecnologías de la Participación 'Ciudades Democráticas' contestando a los planteamientos presentados por el delegado de Participación Ciudadana, Transparencia y Gobierno Abierto, Pablo Soto.
"Voy a trabajar con fuerza, alegría e ilusión para hacer que el siglo XXI sea el del punto de inflexión feminista, que sea el siglo de las mujeres, el de la participación con el empoderamiento de las mujeres. Lo deseo por todas y todos para tener ciudades más humanas", ha declarado Colau, después de confesar su "alegría" por ver ayer a una multitud de mujeres y hombres en las calles de Madrid y Barcelona manifestándose bajo el lema "La Manada Somos Nosotras".
"Ayer miles de mujeres y hombres dijeron que somos la manada y que ninguna mujer que sufre una agresión sexual está sola", ha subrayado la alcaldesa de Barcelona, que ha empezado recordando los logros de las sufragistas e hitos posteriores que han conseguido que las mujeres sean iguales ante la ley aunque aún "queda mucho por conquistar" porque la sociedad actual sigue siendo "machista y patriarcal".
"Madrid y Barcelona nos queremos"
También Carmena ha contrapuesto "los grandes gobiernos que se pelean o que no saben cómo hablar" con las ciudades, que sí saben cómo expresar su entendimiento. "Madrid y Barcelona nos queremos", ha asegurado.
Por su parte, la regidora de Barcelona ha descrito la actualidad en Cataluña como "tiempos difíciles", una situación que ha trasladado también a Madrid, con la tutela financiera al Ayuntamiento por parte del Ministerio de Hacienda. "Toda nuestra solidaridad con Madrid por esta pelea sobre la financiación", ha lanzado, después de defender que las ciudades "tienen que tener más poder para que los ciudadanos tengan más poder".