La unidad de acción de los nacionalistas no está reñida con duras críticas entre sus principales líderes. Con Puigdemont en Bélgica dando entrevistas a diestro y siniestro y Junqueras dedicado al género epistolar en la prisión de Estremera, Artur Mas saca la cabeza para arremeter contra ERC por no haber cedido a la presión para formar una candidatura única.
El expresidente de la Generalidad que montó el 9-N se ha referido este jueves a la última carta de Oriol Junqueras, en la que el líder republicano investía a Marta Rovira candidata y al final se refería a Puigdemont de la siguiente manera: "Hay que ganar las elecciones. Y hay que decir alto y claro que en estas elecciones nuestro candidato también es el presidente legítimo, Carles Puigdemont, y el conjunto del gobierno, tanto los que están en Bruselas como los que están en prisión". Para Artur Mas, esa alusión es una muestra de hipocresía porque "si realmente se quiere que el señor Puigdemont sea el presidente de la Generalidad restituido, si se quiere subrayar su legitimidad después de que lo eligiera el Parlamento y se le sacara como se le sacó, si de verdad se pretende eso, no le dejes solo", ha clamado Mas.
Los convergentes respiran por la herida de las consideraciones de Junqueras sobre la corrupción y su "daño en las filas soberanistas". Ese fue el argumento de peso de ERC para negarse a reeditar la coalición Junts pel Sí. También han mostrado su malestar por los conatos de autocríticas surgidos en las filas de ERC por la gestión de los tiempos de la república y la clamorosa ausencia de preparativos sólidos para el día después de la proclamación.
La huida de Puigdemont a Bélgica rompió las ya deterioradas relaciones entre convergentes y republicanos en el seno del ejecutivo autonómico. Las constantes improvisaciones del último expresidente regional estuvieron a punto de romper el gobierno horas antes de que Puigdemont decidiera no convocar elecciones para salvar la unidad con ERC, cuyo líder llegó a plantear la dimisión de Puigdemont si no se atrevía a llegar hasta el final.
En lo único que coinciden ahora ERC y el PDeCAT es que la independencia no cuenta con una mayoría social suficiente. Mas cifra el apoyo a la república en un cincuenta por ciento del electorado, lo que ahora no es suficiente. A su entender, renunciar al proceso separatista sería un "desastre". Lo que hay que hacer, aconseja, es no marcarse plazos. También coincide Mas con Marta Rovira en que las elecciones "ilegítimas" del 21 de diciembre oscilarán entre lo pebliscitario y lo referendario.
Cierre de listas
En cuanto a las listas electorales, el PDeCAT ha anunciado que contará con Jordi Sànchez como número dos de Junts per Catalunya. El dirigente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), en la prisión de Soto del Real, dejará su cargo en la organización para sumarse a la también denominada lista del president. En cambio, el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, ha rechazado la oferta del PdeCat. Prefiere rechazar la invitación de Puigdemont y quiere seguir presidiendo la entidad "cultural", según ha escrito en su primera carta desde la cárcel. También ha dado calabazas a Puigdemont y lo que queda de Convergencia una exconsejera socialista de Sanidad, Marina Geli, a la que se ofreció encabezar la lista por Gerona.
El cabeza de candidatura de la CUP será Carles Riera, miembro de Endavant y psicoterapeuta de oficio, quien sólo ha cobrado protagonismo en el grupo de Anna Gabriel, Gabriela Serra y Eulàlia Reguant al término de la agitada legislatura autonómica.
Colau cierra candidatura
Respecto a los "comunes", la versión catalana independiente de Podemos, Ada Colau cerrará la lista que abre el diputado en el Congreso Xavier Domènech para tratar de dar fuste a la candidatura en la que también está Joan Josep Nuet, el miembro de la Mesa del Parlament que apoyó el trámite de las leyes y proclamas ilegales pero votó en contra.