Una vez más, Gabriel Rufián volvió a dar la nota en la sesión de control al Gobierno. Tras mostrar hace unas semanas una impresora en su escaño para anunciar que podían conseguir sus papeletas para el referéndum ilegal del 1 de octubre, este miércoles el diputado separatista de ERC ha aprovechado su pregunta al ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, para sacar unas esposas.
"Señor Zoido, míreme, no se ponga nervioso", comenzaba Rufián con tono altanero. "Les encantaría verme con una de estas". "Esto es su política, su programa electoral, es el diálogo que aplicó su Gobierno a nuestros compañeros del gobierno legítimo de Cataluña. Lo que les colocó en las muñecas antes de meterlos en furgones y pasearlos por Madrid, insultándoles antes de encarcelarles en Estremera y Alcalá Meco", aseguraba el separatista mientras sostenía en alto las esposas desde su escaño.
"Ustedes han hecho de sus cárceles nuestra pesadilla, le aseguro que nosotros haremos de nuestras urnas la suya", ha continuado Rufián en referencia a las próximas elecciones catalanas del 21 de diciembre. "Ustedes nos han molido a palos y les aseguro que nosotros les moleremos a votos. Y por cierto, ojalá un tal M.Rajoy esté algún día con una de estas", finalizaba Rufián con las esposas en la mano.
"Su minutito de gloria"
"Ya ha tenido su minutito de gloria", le respondía Zoido que ha explicado que en el traslado de el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y el resto de los exconsejeros a las cárceles se "cumplieron todos y cada uno de los requisitos del protocolos". "Lamento que se pudiera producir en algún caso una pequeña herida o una erosión. Lo lamento como lo lamenta cualquier persona, pero le aseguro que se cumplió el protocolo", ha asegurado Zoido.
El ministro ha aprovechado su respuesta para ironizar sobre otros numeritos de Rufián: "Usted dijo que en 18 meses dejaría el Congreso. Ese tiempo ha transcurrido y sigue aquí, quizá es que hoy ha olvidado la impresora y eso le ha impedido imprimir su renuncia al acta de diputado", ha concluido Zoido.
Tras ello, Rufián abandonaba el Hemiciclo.