Carles Puigdemont celebró su primer día republicano con un paseo por la ciudad de Gerona, de la que fue alcalde. Muchos ciudadanos le aplaudieron, se hicieron fotos con él y le dieron ánimos. Tras haber estirado las piernas por el centro y ser agasajado como un héroe, se metió en un bar con su esposa, donde dos reporteros de La Sexta le grabaron tomándose un vino hasta que el dueño del establecimiento, del que es un habitual Puigdemont, echó a los periodistas del bar y hasta de la calle.
Mientras Puigdemont disfrutaba del vino, TV3 emitía su mensaje enlatado de tres minutos en el que insta a consejeros y altos cargos a comparecer en "sus" despachos el lunes por la mañana "como siempre".
No se da por enterado, se pavonea por el centro de Gerona entre aplausos de sus seguidores y se toma una copa mientras TV3 le presenta ante los catalanes como "president de la Generalitat" y alude a sus últimas declaraciones como "mensaje institucional". Su abogado ya admite la posibilidad de que acabe en prisión.