ERC había amenazado con abandonar el gobierno catalán si Puigdemont disolvía el Parlament. Dos diputados del PDeCAT, Jordi Cuminal y Albert Batalla, amagaron con renunciar a sus actas y dejar el partido que agrupa los restos de Convergencia. Tras una reunión de la ejecutiva de ERC, Junqueras llegó con una propuesta a una postrera reunión con Puigdemont, que ya había aplazado dos veces una comparecencia en la que iba anunciar elecciones autonómicas. Su entorno deslizaba que estaba a la espera de garantías del Gobierno de que no iba a aplicar el 155 a cambio de la convocatoria electoral para el 20 de diciembre.
El partido republicano llegó a solicitar formalmente a Puigdemont una reconsideración que finalmente se produjo tras una tensa reunión entre el president y Junqueras, que llegó a exigir a Puigdemont que dimitiera si no era capaz de asumir el "mandato" del 1-O. De hecho, la posibilidad de que el presidente de la Generalidad renunciara estuvo sobre la mesa durante buena parte de la mañana y se sustanció con el colofón de una sonora bronca entre Puigdemont y Junqueras en la que el segundo se mostró dispuesto a asumir el cargo para proclamar la independencia y resistir "con la gente" la aplicación del 155.
Puigdemont ha resistido la presión de Junqueras. También ha preferido descartar las recomendaciones del PSOE y el PNV y seguir al frente de la Generalidad. Las relaciones entre ERC y los convergentes están rotas. En las próximas elecciones en Cataluña, sean cuando sean, no habrá Juntos por el Sí, aunque Artur Mas y David Madí ya se han sacado de la chistera que la ANC se convierta en partido y agrupe a candidatos de ERC y convergentes.