El separatismo niega que en las escuelas catalanas se adoctrine en el odio a España y se pongan toda clase de trabas para estudiar tres horas de español a la semana. Los sindicatos de profesores se muestran indignados con las acusaciones, pero las primeras denuncias por acoso a hijos de guardias civiles ya han llegado a los juzgados. Las cargas policiales durante el referéndum del 1-O fueron la excusa de algunos maestros para cargar contra las fuerzas policiales y contra España.
En un centro de los Jesuitas de Barcelona se reportó el caso de una docente de primaria que explicó a los niños un cuento que acaba con la muerte del rey y los policías malos. Se recomendó que los profesores abordaran la situación política con los alumnos con la excusa de que así los menores podrían exorcizar las imágenes de la brutalidad policial durante el 1-O. Ese ejercicio debía ser especialmente intenso en colegios que hubieran acogido el referéndum ilegal.
Los menores forman parte del "programa de actos" separatista. Se convocan huelgas "contra la represión franquista" y los profesores de conocimiento del medio se convierte en catedráticos de ciencias políticas. Pero nada de esto es novedad. No ha ocurrido de repente ni a colación del 1 de octubre.
Señalamiento y acoso
La Asociación por la Tolerancia entregará el viernes su XXIII premio anual a Ana Moreno, la madre de dos niños que tuvieron que cambiar de colegio porque sus padres pidieron una hora más de castellano, como dictaminan las sentencias que la Generalidad incumple con premeditación y alevosía.
Sucedió en Balaguer y es un ejemplo de cómo funciona la inmersión lingüística. Los padres se vieron obligados a cerrar el negocio familiar por el boicot decretado por la prensa digital separatista, el claustro de profesores, los sindicatos de enseñanza, así como una gran parte de padres. Los hijos de Ana Moreno fueron arrinconados y señalados y la familia sufrió hasta escraches para que desistieran en su empeño, ya que de lo contrario el centro no tendría más remedio que aceptar la implantación de una hora más de castellano a la semana (tres en total), una "agresión intolerable" al "modelo de escuela catalana". "Per un país de tots, l'escola en català" es la declaración de intenciones que "decora" las fachadas de decenas de centros de enseñanza.
Los libros de texto
En cuanto al adoctrinamiento, tampoco nada que no supiera. El pasado mes de mayo, el sindicato "Acció per a la Millora de l’Ensenyament Secundari" (AMES) dio a conocer un exhaustivo informe sobre los manuales de Geografía e Historia de quinto y sexto de primaria que mostraban a las claras que Cataluña era una "nación perseguida por el Estado y los reyes castellanos". La historia y geografía españolas son un asunto marginal y siempre desde una perspectiva negativa en esos libros de texto al punto de situar las instituciones catalanas y el Estatut están por encima de la Constitución o referenciar el Reino de Aragón como la "Corona Catalanoaragonesa".
Menores movilizados
Los partidos nacionalistas y un amplio sector del PSC no están dispuestos a reconducir la situación. "La escuela no se toca", advierten. El primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, ha llegado a decir que la reforma de la Constitución debe dar salida a la aspiración de que la enseñanza en Cataluña sea una competencia exclusiva de la Generalidad. Mientras tanto, miles de menores se preparan para participar en huelgas "de país" así como en movilizaciones en contra del franquismo y a favor de la "democracia".