Colabora

IU en Andalucía se aleja aún más de Susana Díaz y confirma su vinculación a Podemos

Maíllo ha reafirmado la voluntad de acercamiento –sumisión, dicen los perdedores– al proyecto de Pablo Iglesias y al de Teresa Rodríguez.

Antonio Maíllo | EFE

Con poco más del 83 por ciento de los votos emitidos a su favor, Antonio Maíllo se ha consagrado como el líder de la formación comunista en Andalucía. Sin embargo, su proyecto es bien diferente de los viejos comunistas andaluces ligados a Diego Valderas y al proyecto nacional de Cayo Lara. Maíllo ha reafirmado la voluntad de acercamiento –sumisión, dicen los perdedores- al proyecto de Pablo Iglesias en España y al de Teresa Rodríguez en Andalucía.

Tan importante va a ser esta relación IU-Podemos que la propia líder de Podemos en Andalucía estuvo presente en la XXI Asamblea de Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía. Es más, intervino en ella con un estudiado discurso en el que destacó esta casi lírica expresión: "Queremos ser vientos y mareas que confluyan para, el día menos pensado, dar temporales de dignidad a espacios diáfanos donde la gente quiera compartir con nosotros un proyecto para Andalucía, pensado desde Andalucía y con nuestros vecinos", recogida por el grupo Joly.

La deriva hacia la confluencia con Podemos, paulatina y creciente de IU iniciada por Alberto Garzón y bendecida por el impulsor de IU, Julio Anguita, ha sido imparable desde 2013, año en que Antonio Maíllo se hizo cargo de la formación en sustitución de Diego Valderas. Hasta entonces, IU había sido un partido de gobierno, participando incluso en la coalición con el PSOE que permitió alejar del poder al PP de Javier Arenas. Tal coalición se rompió tras las tensiones existentes entre ambas formaciones cuando Susana Díaz comenzó a dirigir el PSOE andaluz.

Se sabía que era muy difícil que volviera a repetirse una coalición de izquierdas, PSOE-IU, antes incluso de la irrupción de Podemos en el panorama parlamentario andaluz. Pero después de las elecciones andaluzas de 2015, comicios en los que Podemos logró alzarse con 15 escaños por sólo 5 de IU, siete menos que en 2012, la suerte estaba echada. O ser fieles al proyecto comunista clásico o aliarse con el populismo podemita. Ha ganado la segunda opción.

Ahora se pone en marcha un proceso de confluencia que puede ser rápido debido a las buenas relaciones personales entre Maíllo y Rodríguez y el apoyo decidido de Garzón a la operación. Sin embargo, el hecho es que en las elecciones generales de 2015 en Andalucía, las candidaturas de Podemos e IU sumaron más de un millón de votos mientras que al año siguiente, sólo lograron alcanzar poco más de 787.000. Esto es, en sólo un año perdieron más de 250.000 votos.

Alberto Garzón considera que con esta operación se lanza a Susana Díaz a buscar refugio en la derecha de Ciudadanos y el PP y espera que la estrategia reste votos al PSOE andaluz en las próximas elecciones de 2019.

Por su parte, José Antonio Pérez Tapias, el candidato de la vieja guardia comunista, que sólo ha obtenido el 17 por ciento de los votos, está seguro de que IU cometió un error dando el poder a Alberto Garzón y asegura que Podemos será el gran beneficiario de la operación. Es más, prevé la desaparición de IU del panorama político en un breve plazo de tiempo.

Lo que no puede discutirse es que el margen de maniobra de Susana Díaz que hasta el momento podía optar entre gobiernos con Ciudadanos o con Izquierda Unida, va a quedar seriamente limitado. Habrá que esperar a las elecciones municipales y autonómicas de 2019, si es que antes no se produce un proceso electoral nacional, para ver cómo está quedando la relación de fuerzas tras el terremoto catalán.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario