El juez Francisco Miralles Carrió, que investiga la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil durante la jornada del referéndum ilegal del 1 de octubre tras la denuncia presentada por la Generalidad de Cataluña, ha rebajado de forma drástica el balance de heridos.
El Gobierno de Puigdemont cifró el número total de heridos en 844, de los cuales solo dos permanecieron ingresados, uno por un infarto y otro por recibir el impacto de una pelota de goma en un ojo. Ahora el juez ha rebajado el número de heridos a 130. En el auto de instrucción se dice que "la práctica mayoría de los lesionados presentan lesiones leves y básicamente hematomas y erosiones, si bien en al menos dos casos existen lesiones graves".
En el auto, el juez abre una investigación para determinar si hubo "proporcionalidad" en la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con la excepción de los Mossos d'Esquadra, y ha instado a la Fiscalía a no "minimizar la gravedad" de lo sucedido el 1-O.
El magistrado ha solicitado a la Delegación del Gobierno un informe sobre las "instrucciones orales y escritas" que se dieron a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado para impedir el 1-O, indicando quiénes eran sus responsables, así como los motivos por los que se escogieron determinados espacios para intervenir y "cesaron sus intervenciones al mediodía".
El juez precisa en su auto que la convocatoria y organización del referéndum puede ser delito, pero que "no es ilegal ni ilícito que los ciudadanos, convocados por su administración autonómica, se dirigieran a los puntos de votación que se les indicó" a depositar "un papel sin valor legal alguno en una urna".
El fiscal se opuso a que se abriera una causa global sobre las cargas de la Policía Nacional, ya que a su parecer solo debía investigarse la intervención en el colegio Infant Jesús, en un escrito en el que mantuvo que la actuación policial no afectó a la "convivencia ciudadana" y recordó que solo habían resultado heridos un 0,037 % de los votantes del referéndum.
El juez, sin embargo, rechaza la propuesta del ministerio público de que solo se investigue la actuación en esa escuela -donde votó el expresidente catalán Artur Mas.
En su auto, descarta que se ejerciera una "violencia generalizada" en la actuación de la Policía Nacional, "ya que no afectó a la mayoría de centros de votación", pero considera que ese elemento "no puede ser utilizado para minimizar la gravedad que puedan tener hechos concretos y determinados".
El juez también rechaza el argumento de la Fiscalía de que la actuación de la Policía Nacional no afectó a "la normal convivencia ciudadana".
"Afectación a la normal convivencia ciudadana la hubo, toda vez que existieron disturbios y lesionados en al menos 17 lugares distintos de la ciudad en una misma mañana y, como el mismo informe de la Policía Nacional dice, hubo momentos en que fue necesario disparar salvas al aire y pelotas de goma", sostiene el juez.
Por ese motivo, considera el magistrado que su investigación deberá determinar "si la normal convivencia se alteró por la actuación de los agentes, por las de las personas que allí se encontraban, o por una combinación de ambas".
Respeto a la afirmación del fiscal de que los agentes actuaron en legítima defensa, el juez considera que "puede ser cierta, pero solo podrá asegurar tal cosa una vez se confirme que la actuación de los agentes fue proporcionada a las circunstancias existentes, nunca antes".
El juez manifiesta su "discrepancia total" con el argumento del fiscal de que "el motivo de la reunión" en la votación del 1-O "había sido declarada ilegal por el Tribunal Constitucional". En su opinión, que los ciudadanos acudieran a los locales de votación no es ilegal, aunque ello tampoco puede "dar carta de licitud" al hecho de que los concentrados "se concertaran para, con su presencia, impedir la normal actuación de los agentes de policía en el ejercicio de sus funciones y el cumplimiento de las resoluciones judiciales".
"La resolución dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, dentro del ámbito de sus competencias y en aplicación del ordenamiento jurídico aplicable, debía ser obedecida por quien tenía el deber de cumplirla, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado", añade el auto.
El juez, que ha abierto 26 piezas separadas para investigar las cargas, ha pedido un informe a la Policía Nacional y ha solicitado las actas de la reuniones de la Junta de Seguridad celebradas la semana previa al 1-O.
También ha reclamado a los medios de comunicación una copia de las grabaciones de que dispongan sobre lo ocurrido y ha ofrecido a los afectados y a la Generalidad la posibilidad de ejercer acciones.