Javier Godó está inquieto. La indignación entre destacados miembros de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España por la línea editorial de La Vanguardia y la emisora Rac1 podría desembocar en una decisión sin precedentes. Godó está a un paso de ser expulsado del selecto club nobiliario.
El 12 de julio de 2008, Juan Carlos I le otorgó la grandeza de España para añadir al título de conde que obtuvo Ramón Godó para la familia en 1916 por gracia de Alfonso XIII. Del texto del diario barcelonés en el que se recogía la distinción destacaba este párrafo: "Durante 92 años años, la familia Godó ha honrado el título y ha sido fiel a los principios de "dignidad, trabajo e independencia" por los que el abuelo de don Juan Carlos otorgó el tratamiento de conde al abuelo de Javier Godó. Un siglo en el que los sucesivos condes de Godó se han mantenido leales a la Corona y al ideario de defensa de las libertades públicas".
Los tiempos han cambiado y la línea editorial de los medios del conde sostiene el argumentario del bloque nacionalista, si bien lamenta el peso de la CUP en el Gobierno catalán. La relación de Javier Godó con el Rey emérito pasó de excelente a francamente mejorable poco después de la concesión de la grandeza. Habían compartido horas de asueto y la casa de Godó en la Bonanova era la residencia habitual de Juan Carlos durante sus estancias privadas en Cataluña, pero el apoyo del diario al nacionalismo cuando Artur Mas dio el pistoletazo de salida hacia la república catalana, en 2012, congeló las relaciones.
El último premio al conde
Felipe VI dispensaba a Javier Godó una relación más que correcta. En noviembre del año pasado le entregó la medalla de la patronal catalana a la "Trayectoria Empresarial" en un acto que contó con la presencia de Carles Puigdemont y la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría. Eran los tiempos del "diálogo" con los nacionalistas, que ya habían anunciado sus intenciones de proclamar una república catalana.
Sin embargo, la buena sintonía se ha deteriorado en los últimos meses a causa del golpe de Estado de la Generalidad y el apoyo de los medios de Godó a las iniciativas y argumentarios separatistas. En el entorno más cercano al Rey aumenta la presión para que revoque el título de Javier Godó, que ya ha delegado las responsabilidades de gestión en su hijo Carlos Godó y trata sin demasiado éxito de mantener una cierta influencia en los contenidos editoriales de sus medios.