Las protestas dan visibilidad a una asamblea de Podemos sin debate ni peso político
La asamblea se convirtió en una sucesión de intervenciones de medio centenar de cargos, la mayoría de Podemos.
Las protestas en las puertas del pabellón siglo XXI de Zaragoza durante la asamblea de Podemos de este domingo dieron repercusión mediática a un acto descafeinado del partido morado. Pablo Iglesias y los suyos pretendían celebrar un encuentro con representantes de todos los partidos que ellos consideran "democráticos" para buscar una "solución" para Cataluña. Pero no hubo ni "solución" ni tampoco debate.
Caras poco conocidas del separatismo
PP y Ciudadanos no asistieron ya que no contaban con invitación, mientras que el PSOE rechazó desde un primer momento acudir. De los partidos que sí que estuvieron, entre ellos PDeCAT y ERC, tampoco enviaron a sus caras más conocidas. Así las cosas, el noventa por ciento de los asistentes eran miembros de Unidos Podemos y sus confluencias.
Ada Colau fue la "estrella" de la asamblea haciendo un llamamiento al PSOE como también hizo después Pablo Iglesias. "Compañero Sánchez, no caigas en la trampa de un frente con el Partido Popular. Creo que muchos de tus votantes te lo están diciendo", aseguró el líder de Podemos durante su discurso final. "Los demócratas les damos la palabra a la gente", comenzó el líder morado su argumentación, "pero no podemos hacerlo solos, para eso necesitamos que el PSOE encuentre su propio camino lejos del carril reaccionario y autoritario del Partido Popular".
A juicio de Iglesias, "hace falta un nuevo gobierno de unidad plurinacional y democrática que organice un referéndum en Cataluña y lo negocie, y que genere el diálogo constituyente que devuelva el protagonismo a las gentes, los pueblos y el conjunto de las naciones de España. Eso es lo que hacemos los demócratas, dar la palabra a la gente", insistió Iglesias.
Medio centenar de intervenciones
Además de Iglesias y Colau, intervinieron medio centenar de cargos del partido. La asamblea se convirtió en una sucesión de intervenciones guionizadas de representantes de bajo perfil político sin ningún tipo de debate. Al término del acto, se dio a conocer un manifiesto que ya estaba redactado antes de que comenzase el encuentro.
En él, los asistentes a la asamblea piden al Gobierno que negocie un referéndum con la Generalidad. "La situación de conflicto en Cataluña requiere de diálogo. El Gobierno no debe impedir que el 1 de octubre los ciudadanos catalanes se expresen como consideren", continúa el texto. Pero ni siquiera este punto generó consenso ya que ERC se negó a firmarlo.
Así las cosas, sin debate ni propuestas más allá de las que habían traído de casa, lo único que dio protagonismo al acto fueron las protestas que se produjeron en la puerta. Los allí congregados llegaron a agredir, lanzándole una botella, a la presidenta de las Cortes de Aragón, Violeta Barba, que intentaba hablar con la Policía.
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