El Mundo: "El separatismo intenta desbordar al Estado tras quedar neutralizado el 1-O". Mientras, la mayoría silenciosa que quiere seguir siendo española permaneció silenciosa como un muerto. Francisco Rosell lleva su editorial a portada. "La ley prevalecerá". Dice que "la insólita agresión al orden constitucional" de los separatistas "justifica sobradamente la respuesta del Estado" y que la operación "marca un punto de inflexión que todo demócrata contempla con alivio y esperanza". "Como era de esperar, la operación policial fue recibida con la habitual mezcla de desobediencia, demagogia y desprecio" por parte de cupetarras, podemitas e indepes de todo pelaje. En Madrid, Pablo Iglesias "fiel a su estrategia de desborde callejero" se llevó un disgusto. Cuatro gatos acudieron a Sol a su llamamiento a apoyar a los separatistas. Parece que el Líder Supremo podemita no se entera de que en la capital la Gente está hasta el moño de Cataluña y que a él no le votan para que defienda a los independentistas. En cuanto a Rajoy, "anoche, en un discurso sólido, instó a los secesionistas a deponer de inmediato una actitud que ahonda la fractura social, y advirtió de que seguirá protegiendo la integridad de la nación y a los ciudadanos acosados por la presión totalitaria". Es más, hasta se dirigió a ellos en persona personalmente. "El Gobierno no abandonará a los catalanes que se sienten españoles al capricho persecutorio de un régimen autoritario". La mayoría silenciosa se lo agradecerá. "Se habla mucho del escenario que se abrirá a partir del 1 de octubre. De la necesidad de hacer política entonces", pero ya cruzaremos ese río cuando lleguemos a ese puente. Eso sí, "eso no ha de significar el retorno a la componenda al precio de la gobernabilidad (…) Ni más peajes, ni más fianzas. Esta vez hay que decir basta". Pepe García Domínguez pretende aguarnos la fiesta recomendando aplicar ya el 155, "ahora, sin demora, cuanto antes, ya mismo" para que Rajoy pueda convocar elecciones en Cataluña y evitar la declaración unilateral de independencia "custodiando día y noche" el Parlament. ¡Pero cómo, Pepe! ¿Pretendes quitarnos el gustazo de ver cómo se proclaman Napoleón Bonaparte o Miss Universo, como dice Ferreras? Ni hablar del peluquín, no y no. Nos merecemos ese espectáculo después de lo que hemos aguantado. Jorge Bustos se centra en el guirigay en el Congreso. "Desfilaron hacia la puerta, pero olvidaron dejar sobre el escaño las nóminas que les abona puntualmente el Estado opresor". Eso, guapos, devolved la pasta que os pagamos con el sudor de nuestra frente.
El País le hace un favor a Rajoy dejando a un lado al gobierno. "La justicia desmonta la organización del referéndum". Y subtítulo con esa mala baba de Cebrián que esta ocasión arranca una sonrisa maliciosa. "Otegi e Iglesias extienden las protestas a Madrid y otros puntos de España". Muy agudo eso de colocar al etarra y al podemita juntos, sí señor. El editorial va de desmontar "las mentiras de Puigdemont". Habría que recordar a Cebrián su contribución histórica a la situación que se ha creado, pero no merece la pena, porque el editorial es un ejercicio inútil de intentar convencer a los catalanes de que les están contando una milonga y los normales ya nos habíamos percatado. Íñigo Domínguez cuenta que lo de ayer no fue para tanto. "La revolución venía mal, entre semana y sin avisar. Casi todo el mundo en Barcelona tenía otra cosa que hacer (…) La ciudad no salió a la calle a la llamada grave de los líderes independentistas. A última hora de la tarde, a la salida del trabajo, la principal concentración, frente al departamento de Economía, ya era una cosa más vistosa, pero durante todo el día hubo un claro desfase entre cómo lo contaban ellos y cómo se vivía en la calle, por no hablar de cómo se vio en la tele", dice sin mencionar a ninguna cadena en especial. Para más inri, "era la apertura de Uniqlo, el Zara japonés, primera tienda en España. Tenía más de 100 personas haciendo fila en la puerta". Vaya por Dios, qué incordio para la fiebre indepe.
ABC dice con desmesurado optimismo que "la democracia se reinstaura en Cataluña". "Ni en Cataluña se ha suspendido el autogobierno ni existe de facto un estado de excepción", dice el editorial. "Es el separatismo el que hace ya tiempo convirtió a Cataluña en un territorio sin ley". Pero si no respetaban ni a su propio Parlamento. Advierte de que ahora "cualquier chispa ajena a la razón puede agitar la violencia en las calles, un riesgo contra el que también alertó ayer el presidente del Gobierno" después de que Puigdemont enviara a sus huestes a las calles. Isabel San Sebastián celebra que, "tras cinco años de chulería y desacatos" por parte de los separatistas, "al fin ha despertado el Estado" y "ha dado un puñetazo en la mesa". Ahora "el plan de los golpistas es tomar la calle. El del gobierno ha de ser aguantar el pulso, cueste lo que cueste". Tampoco estaría de más que la mayoría silenciosa se hiciera notar un poco, más que nada para saber que existen. Que avisen para que les proteja la Guardia Civil, ya verán cómo no les hacen pupa. Ignacio Camacho aconseja al gobierno que se olvide de la calle. "Esa batalla, la de la propaganda y la comunicación política, quizá la pierda el Estado, como casi todos los duelos mediáticos (…) Ahora el Gobierno solo tiene que vencer en el pulso de la autoridad". ¡Autoridad! Eso será una novedad para indepes, cuperos, podemitas y demás amantes del jaleo constante. Lo mismo hasta les gusta.
La Razón resalta la "firmeza de la democracia". Marhuenda está orgulloso de Rajoy. "Se ha querido confundir la moderación del Gobierno con una supuesta debilidad", pero es que no conocen la fiera que lleva dentro. "No ha vacilado a la hora de tomar las medidas de fuerza que ha considerado imprescindibles". "A estas alturas hay que estar muy fugado de la realidad para creer que el Estado va a permitir la celebración del referéndum independentista o la segregación de Cataluña". ¿Y qué pruebas más necesita Marhuenda de lo fugados de la realidad que andan en Cataluña? El gesto de Rajoy ha envalentonado al periódico, que avisa a los separatistas de que "la calle no es de ellos" y "harían mal en confundir la templanza y la proporcionalidad con la debilidad". Cuidadito con Rajoy, que sólo ha enseñado los dientes. Fernando Rayón está henchido de orgullo. "Avisé hace unos días de que Rajoy, ese político capaz de hacer desesperar a las piedras, ese piel de rinoceronte, iba a embestir", dice. Y no os paséis un pelo, que "también tiene preparado el día después del fallido referéndum". Uy, qué miedo.
La Vanguardia viene más separatista que nunca. "La protesta se instala en la calle por el asedio policial al 1-O". El editorial pide "serenidad", pero no lo refleja en el texto con frases como "estamos ante una crisis de Estado", "los puentes están rotos", "la situación es grave", "bucle de enfrentamientos". Pero lo que clama al cielo es ver a Lola García, directora adjunta, abogando por la DUI. Habla de "reacción represiva de Madrid" y cree que les ha venido de perlas a los independentistas, "de hecho, era el error que aguardaban que cometiera el Ejecutivo", como si no estuvieran ya en total sedición. "La movilización en la calle ya ha comenzado" dice alborozada como una cupera cualquiera. "Pueden convocarse unas elecciones ya e incluir la DUI en el programa de los partidos independentistas". Eso, eso, que declaren la independencia porque ya no aguantamos más. Y no sé a qué espera el Rey para retirarle el título de conde a Godó, como le quitó a su hermana el de duquesa de Palma por corrupta.