El máximo cargo de los Mossos d'Esquadra, el major Josep Lluís Trapero, está resultando un filón en materia de mercadotecnia. En la población gerundense de Ripoll se agotaron en pocas horas unas camisetas con su retrato estilo Guevara acompañado por la frase "bueno, pues molt bé, pues adiós" con la que quitó de encima a un periodista holandés que le pidió sin éxito que diera unos datos sobre la investigación de los atentados de Barcelona y Cambrils en el idioma español.
Trapero fue utilizado por la Generalidad como símbolo de la eficacia de la administración catalana e icono del nacimiento de un nuevo Estado y ahora es pasto de la "creatividad" ajena. La empresa de servicios telefónicos y de internet Fibracat, con base en Manresa, ha insertado una campaña en los medios digitales nacionalistas en la que insta a cambiar de operadora telefónica y contratar sus servicios con la dicha frase de Trapero.
A diferencia de empresas como "Petrocat", con varias gasolineras en el principado, la telefónica no se manifiesta respecto al proceso separatista, si bien está dirigida al sector de la población de Cataluña que tiene como primera lengua el catalán. El anuncio insta a cambiar de operadora con la frase en "catañol" del jefe de la policía regional, una expresión que el independentismo ha "viralizado" en los últimos días, junto al "no tenim por", como consigna ante los "ataques" del Estado. Cabe constatar que el "no tenemos miedo" era una consigna de la CUP que los diputados antisistema lucían en sus camisetas reivindicativas.
Así es que Trapero, ahora requerido para que impida la celebración del referéndum del 1-O, es un símbolo separatista y un cebo publicitario, a pesar de la gran "lección" comunicativa de la Generalidad con su portavoz uniformado y armado en las ruedas de prensa.