Cuatro años después de ser elevada a la presidencia de la Junta de Andalucía y a la jefatura del PSOE desde la secretaría general, Susana Díaz está atrincherada cada vez más en una Andalucía que considera un bien patrimonial de índole política y actúa, en la práctica, de manera muy similar a los nacionalistas de otras regiones. Por ejemplo, este mismo lunes dejó claro que quien tiene que tener peso en el debate de la financiación autonómica es Andalucía, no su partido.
En pleno proceso precongresual provincial, donde ha colocado el listón de avales para ser candidato en un difícil 20 por ciento, que merma las posibilidades de los sanchistas, Susana Díaz ha querido integrar al conjunto de la oposición en un frente andalucista al margen de su partido para lograr una reforma de la financiación autonómica pero sin mencionar siquiera, como ya es habitual desde hace casi 40 años, el principal factor de la discriminación, que es el sistema foral.
Sabido es que según los datos del Ministerio de Hacienda relativos a 2013, los últimos conocidos se desprende con toda claridad que una vez ajustados la mayoría de las variables y establecidas las cifras en condiciones homogéneas, es incuestionable que un vasco recibe una financiación per cápita anual (2013) de 3.793 euros mientras que un madrileño debe contentarse con 1844 euros anuales, un valenciano recibe 1.911, un murciano 1973 y un andaluz 1.990. Vascos y navarros resultan muy beneficiados por el actual sistema fiscal.
Una de las propuestas de Susana Díaz, que no va al fondo de la cuestión, es la creación de un posible Fondo del Bienestar que funcionaria de modo análogo al fondo de pensiones, como una alcancía que se nutriría en los tiempos buenos y se vaciaría en los tiempos malos.
Pero lo más curioso de este movimiento táctico político, que se hace mientras Mariano Rajoy y Pedro Sánchez abordan una posible reforma del sistema autonómico en su conjunto, es que Susana Díaz no tiene en cuenta a su partido a nivel nacional, sino que estructura sus propuestas en un marco andalucista y pretende contar con al apoyo de todos los partidos andaluces.
Significativa ha sido la respuesta que ha recibido el PP andaluz cuando ha recordado a la presidenta que el tema autonómico siempre ha sido un acuerdo de Estado suscrito tradicionalmente por PSOE y PP a nivel nacional. Tanto desde la Junta como desde el PSOE se ha arremetido contra los populares. Mario Jiménez portavoz parlamentario socialista, ha dicho al PP: "Pedimos que abandone esa posición de delegación o franquicia del partido y que anteponga los intereses de los andaluces por delante del partido político".