"Contra el terrorismo, libertad", dice Carlos Puigdemont este domingo en un artículo en La Vanguardia en el que, además de alabar la celebración de la manifestación en Barcelona sin mención a los pitos y proclamas separatistas, deja caer que sus planes siguen adelante. El presidente catalán, que en su día pidió no mezclar separatismo con terror, afirma en el artículo que la respuesta a los ataques debe ser "la normalidad, la persistencia en lo que aquello que queremos ser, el blindaje de nuestro modelo de vida en libertad y respeto, nuestro compromiso con un mundo mejor".
"No tiene sentido que la agenda de unos criminales asesinos nos altere la nuestra,nos cambie nuestras prioridades, ni maltrate nuestros ideales. Somos una nación que tiene una firme determinación de contribuir al esfuerzo que hacen otros países para consolidar la paz y la democracia", añade Puigdemont, que aprovecha el artículo para volver a reclamar que los mossos, "el cuerpo policial que asume la seguridad pública del país", tenga acceso a "los espacios tanto estatales como internacionales donde se coordina la información".
El presidente catalán entra en detalle en el proceso separatista en una entrevista en El Nacional.cat también este domingo, en la que aboga por una "una transición corta, muy dialogada y muy negociada, pero corta" si el 'sí' a la independencia vence en el referéndum, y por un trabajo en "comisiones paritarias o tripartitas, con la UE, el Estado español y Cataluña".
En la entrevista, se abre a paralizar el referéndum si Rajoy acepta negociar los términos del mismo: "Si el presidente Rajoy tiene interés en hablar, las puertas están abiertas, y si tengo que ir a Madrid, voy a Madrid, pero esto en estos momentos no creo que figure en ninguna mesa". Esta negociación incluiría los pasos a dar tras la votación: "Si hubiéramos acordado el referéndum con el Estado español este también habría sido uno de los temas de los acuerdos".
Preguntado por la hipótesis de que gane el 'sí' pero que la participación no supere el 50%, ha respondido que la proclamación o no de la independencia dependerá de las circunstancias y que se tendrá que tener en cuenta si ha habido "un escenario de rotura de la normalidad", una situación que podría darse, dice, si él es detenido o inhabilitado.
No obstante, ha considerado que "de aquí a octubre no hay espacio para la inhabilitación" ya que aunque la reforma del Tribunal Constitucional prevé que ese órgano pueda suspender a cargos públicos, el Estatut fija los supuestos de inhabilitación del presidente de la Generalidad y el TC no figura entre ellos. Tras su anuncio en Financial Times de que tienen 6.000 urnas, rechaza dar detalles sobre cómo las ha obtenido.