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Continúa la purga en la Generalidad: desmantelada la cúpula de la consejería de Enseñanza

La nueva titular del departamento, Clara Ponsatí, ha relevado ya a cinco altos cargos de cara al referéndum del 1-O.

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont | EFE

Se suceden los ceses, las dimisiones y los ajustes de cuentas. Los altos cargos están bajo la lupa de los nuevos consejeros del gobierno 'catalibán' de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. La titular de Enseñanza, Clara Ponsatí, sustituta de Meritxell Ruiz, es, por el momento, quien más mano ha metido en su estructura jerárquica. Con Ruiz se fue la segunda del departamento, Maria Jesús Mier, desde los tiempos de la inhabilitada Irene Rigau. Mier fue sustituida por Lluís Baulenas. Tras ella cayó el secretario de Políticas Educativas Antoni Llobet, el director general de Atención a la Familia y la Comunidad Educativa, Jordi Miró, suplido por Martí Barberà y la directora general de Eso y Bachillerato, Montserrat Llobet, reemplazada por Rosa Maria Artigal.

El nombramiento de Barberà, excuadro de Unió Democràtica ha provocado las iras de los democristianos que abandonaron a Duran y se pasaron al separatismo. Tachan a Barberà de chaquetero, de antiindependentista y de submarino unionista. El diputado de Juntos por el Sí Carles Prat ha llegado incluso a declarar respecto a Barberà que "nos preocupa que alguien desde dentro, cuando quedan dos meses para el 1 de octubre, quiera dinamitar el proyecto soberanista".

Ponsatí defiende los cambios y sostiene que no tienen repercusión en el día a día de la consejería, toda vez que el anterior equipo dejó hechos los deberes administrativos para el curso que viene.

Habrá más bajas

En la consejería de Raül Romeva, de "Relaciones Institucionales, Transparencia y Asuntos Exteriores", ha cesado esta semana la subdirectora general de Coordinación y Gestión de Programas, Pilar Pérez Ordoño. Fuentes de la administración autonómica avisan de que después del breve paréntesis vacacional continuarán las bajas.

Como se recordará, el primero de la lista de los purgados fue el consejero de Empresa, Conocimiento y Turismo Jordi Baiget, a quien Puigdemont fulminó por dudar en una entrevista de la celebración del referéndum. Su cese precipitó la caída de la consejera de Presidencia y portavoz, Neus Munté, la de la citada Meritxell Ruiz, la del titular de Interior, Jordi Jané, y la del secretario del Ejecutivo catalán, Joan Vidal de Ciurana, suplido por Victor Cullell.

Baiget fue sustituido por el consejero de Cultura, Santi Vila. Cultura pasó a Lluís Puig, segundo de Vila. Jordi Turull asumió la consejería de Presidencia y la portavocía sin que se hayan registrado cambios en su área. En cambio, el nombramiento de Joaquim Forn al frente de Interior precipitó el cambio de director de los Mossos (Pere Soler sustituyó a Albert Batlle, que pretendía que el cuerpo policial se ciña a la legalidad vigente) y del director del servicio de emergencias 112, Frederic Aran.

Relaciones familiares

Los bailes de silla afectan también a parejas de exconsejeros. La esposa de Jordi Jané, Margalida Gil, era la responsable de los servicios jurídicos hasta que fue sustituida por Francesc Esteve, secretario de Gobernación investigado por el concurso frustrado de las urnas. Gil ha sido destinada al Consejo de Garantías Estatutarias. Quienes permanecen en sus puestos son la esposa de Jordi Baiget, la directora de servicios de Gobernación, Josefina Valls, a quien se responsabiliza de puertas adentro del fiasco de las urnas que también causó la imputación de la consejera Meritxell Borràs. También 'resiste' Joaquim Bohils, marido de Marta Pascal (coordinadora general del PDeCAT) como director del gabinete de Empresa y Comunicación. Jané, por su parte, ha sido recolocado como cargo de confianza en el mismo departamento de Interior y con atribuciones de experto en materia de seguridad ciudadana.

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