Pese a que desde primera hora se sabía que serían Pedro Sánchez y Pablo Iglesias quienes valoraran por parte de PSOE y Podemos la declaración de Mariano Rajoy ante la Audiencia Nacional, Albert Rivera ha decidido delegar en su número dos, José Manuel Villegas, la comparecencia para valorar lo sucedido, adoptando así un perfil más bajo que el de sus homólogos socialista y morado.
El líder de Ciudadanos, además, ha mantenido un significativo silencio en su perfil de Twitter durante toda la mañana, donde apenas se ha limitado a dar cuenta de la intervención de Inés Arrimadas en el Parlamento de Cataluña y a compartir un artículo periodístico de su portavoz de Hacienda, Francisco de la Torre.
El secretario general de Ciudadanos, director hasta ahora de las campañas electorales de su partido, se ha referido precisamente a esa experiencia para negar verosimilitud a la versión del presidente del Gobierno, según la cuál como director de las campañas del PP no se ocupaba de los números: "Es poco creíble que un director de campaña no conozca el presupuesto de una campaña, por lo menos los grandes números" ha asegurado Villegas, quien ha dicho que "la pelea con el tesorero" es parte fundamental de esa tarea.
"El PP se ha negado a regenerarse"
El número dos naranja ha asegurado que la presencia del jefe del Ejecutivo en la Audiencia Nacional se debe a que "el PP se ha negado a regenerarse".
Además, ha rechazado la propuesta de Pablo Iglesias de que Rajoy comparezca de manera urgente ante pleno del Congreso, ya que considera que es mejor que lo haga, como está previsto, en la comisión de investigación parlamentaria sobre la financiación del PP: "En una comisión se dirigen preguntas directamente al compareciente, hay careo con las personas que comparecen, el compareciente está obligado a decir la verdad; mientras que un pleno es un intercambio de discursos, a los que ya estamos acostumbrados" ha señalado para enfatizar la idoneidad de ese tipo de presencia en el Congreso.
La comisión parlamentaria sobre las cuentas del partido en el Gobierno fue una de las exigencias irrenunciables que Ciudadanos hizo firmar al PP para sentarse a negociar, en agosto hará un año, el acuerdo de investidura.