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Miedo y rechazo al espíritu de Ermua 20 años después

La historia se repite. A la izquierda, PSOE y Podemos, no le gusta el recuerdo de Miguel Ángel Blanco y lo que significó el espíritu de Ermua. 

La historia se repite. A la izquierda, PSOE y Podemos, no le gusta el recuerdo de Miguel Ángel Blanco y lo que significó el espíritu de Ermua. 
Manifestaciones durante el secuestro de Blanco | EFE

Este miércoles se cumplen 20 años de la muerte de Miguel Ángel Blanco, el concejal de Ermua vilmente asesinado por ETA tras 48 horas de secuestro. Es el aniversario no sólo de uno de los crímenes más crueles de la banda, sino de las movilizaciones que sacaron a la calle a millones de personas en toda España, también en el País Vasco, por primera vez en la sanguinaria historia de ETA. El recuerdo del concejal, y de lo que supusieron para la sociedad española aquellos días en que la banda se vio por primera vez contra las cuerdas, se ha visto sin embargo eclipsado por la polémica en torno a los homenajes a Blanco.

La reacción unánime del pueblo español en aquellos días en defensa de la democracia, la libertad y, por ende, la Nación española aterró al nacionalismo. El PNV decidió pactar con ETA en Estella, y la izquierda, primero Izquierda Unida de la mano de Madrazo, y el PSOE años después, con Eguiguren y Zapatero, se alineó con los separatistas y optó por aislar al PP en lugar de a los terroristas.

Veinte años después, la historia se repite. Podemos y una parte del PSOE buscan excusas para no poner pancartas de homenaje y abstenerse a la hora de votar declaraciones oficiales. El PP y Ciudadanos han exigido una rectificación y han vertido duras acusaciones, principalmente contra la formación de Pablo Iglesias.

La polémica saltó la semana pasada cuando varios municipios se desmarcaron del llamamiento de la Federación Española de Municipios y Provincias para que cada ciudad y pueblo de España recordara al concejal asesinado el día 12 a las 12 del mediodía, con una concentración silenciosa frente al consistorio. La FEMP llamaba a recordar no sólo al joven político del PP sino a la sociedad española por dar una "respuesta ejemplar e inequívocamente democrática: un rotundo y unánime 'hasta aquí hemos llegado'". El comunicado parecía hecho para que la adhesión municipal fuera inmediata y unánime, pero no fue así: corporaciones de Podemos o el PSOE en distintos puntos del país, como Cádiz, Jerez, San Fernando o Bilbao rechazaron unirse a esta propuesta o a otras que llegaban impulsadas por el PP.

Un ejemplo especialmente sangrante es el caso de Lasarte, el pueblo donde fue asesinado el joven: allí, el único concejal popular presentó una moción para condenar la violencia etarra y homenajear al concejal. PSE, PNV y Podemos se abstuvieron.

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El último capítulo político de la semana de recuerdo a Blanco se vivió en el Congreso de los Diputados, donde se trató de consensuar una declaración institucional. Tras más de cinco horas de negociación, no fue posible: PNV y EH Bildu no la firmaron. Mientras, los populares tuvieron que introducir cambios en su moción para arrastrar al sí a Podemos.

Podemos y el caso de Carmena

Mientras en muchos ayuntamientos se repetía en estos días la falta de consenso, la respuesta oficial de Podemos a la posición de algunos de sus alcaldes y concejales fue no hacer nada: ni directrices ni órdenes para apoyar los actos por el concejal asesinado. Iglesias, entre mensajes genéricos de apoyo a las víctimas, dijo que era a los concejales a quienes había que preguntar por su postura, en alusión a casos como el de Kichi, en Cádiz, cuyo grupo rechazó poner el nombre de Blanco a una calle de la ciudad, o el de Manuela Carmena. La alcaldesa de Madrid rechazó colocar una pancarta en la fachada del Ayuntamiento de Madrid como sugirió Movimiento contra la Intolerancia, con la excusa de que supondría poner a unas víctimas por encima de otras. La presión política le llevó a rectificar sólo a medias: habrá minuto de silencio frente al consistorio y pancarta, pero no en la fachada. También se sumarán al homenaje del grupo municipal del PP: la decisión se tomó pocas horas antes.

Desde el PSOE, mientras, se optó por la tibieza: después de que grupos socialistas en toda España asumieran la postura de Podemos, su presidenta, Cristina Narbona, tampoco dio directrices concretas a sus concejales. Sólo lanzó, presionada por la prensa, un mensaje crítico con Carmena: de la situación en otros consistorios no habló. Y con palabras muy parecidas a las de Pablo Iglesias, señaló que "todas las víctimas merecen ser recordadas".

Desde este miércoles hasta el domingo seguirán los homenajes: además de la convocatoria de los ayuntamientos y los homenajes del PP, la Fundación Miguel Ángel Blanco celebrará un acto en el Teatro Real en el que llamativamente no tendrán un papel principal algunos de los políticos que protagonizaron esos días, como José María Aznar, Carlos Iturgáiz o Jaime Mayor. Tampoco estuvieron en el homenaje del PP el pasado lunes frente a Génova, donde se desplegó un gran cartel con el rostro del concejal y en el que participaron Mariano Rajoy y la dirección nacional de la formación. El fin de semana, en el acto que tendrá lugar en la escuela Miguel Ángel Blanco en Bilbao, que contará con la presencia del presidente, sí está prevista la intervención de Iturgaiz.

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