Pablo Iglesias no participaría en el referéndum separatista si fuera catalán, pero los podemitas andaluces, en poder de una de las facciones radicales del populismo izquierdista, los anticapis de Teresa Rodríguez y su compañero, José María González, Kichi, animan la participación en la consulta separatista.
La posición no es nueva y ya fue manifestada con anterioridad. Es más, son conocidos los intentos de Rodríguez para conseguir una autonomía casi total de Podemos Andalucía respecto al centralismo de Pablo Iglesias, algo que no ha conseguido hasta el momento. No se olvide que el andalucismo nacionalista más agudo ha encontrado hueco en la formación morada.
Ayer fue uno de los hombres de Teresa Rodríguez, el secretario de Comunicación regional, Pablo Pérez Ganfornina, quien subrayó su distancia con Pablo Iglesias contradiciendo su tesis y afirmando que Podemos en Andalucía apoya la consulta del 1 de octubre en Cataluña su formación está a favor de la consulta del 1-O porque es la expresión de un pueblo, no el español sino el catalán, que quiere decidir.
Es más, considera la consulta separatista, recuerda ABC, una demanda popular mayoritaria en Cataluña y no atenderla sería muestra "una democracia enferma y de mala calidad". El que tal consulta afecte a los derechos de todos los españoles no es considerado y, por tanto, el derecho a decidir se restringe a los catalanes.
Díaz abomina de "populismos" y "separatismos"
Ya muy próximo el congreso regional que se celebrará a finales de julio, la ponencia marco que estudian los compromisarios electos ataca de manera contundente a los populismos distanciándose de ese modo de los modos suaves y convergentes de Pedro Sánchez y su equipo.
Por ejemplo, en su punto 122, dice: "Y entre quienes dibujan utopías del pasado y se presentan a la izquierda de la izquierda útil, nos situamos con nuestra agenda reformista, con la convicción de que debemos dar más visibilidad a los actores organizados que comparten con el PSOE-A un proyecto de cambio social en nuestra tierra. Defendemos la participación para avanzar en una democracia deliberativa de empoderamiento ciudadano para mejorar las estructuras representativas. De esa izquierda improductiva nos alejamos, no hoy, pues ya lo hicimos en el pasado por ideología y lejanía de los métodos de acción política. Ni compartimos la ruptura ni las formas.
En su punto 54, expresa: "El PSOE-A ha vuelto a demostrar a la ciudadanía que es un partido en el que se puede confiar, porque cumple con sus compromisos. Hemos demostrado, en contra del discurso retrógrado del PP y del discurso catastrofista y hueco de los nuevos populismos, que era posible otra forma de hacer política."
Lo mismo en el 84: "No queremos para Andalucía las políticas neoliberales de austericidio del PP, ni tampoco creemos en las recetas milagrosas de los nuevos populismos".
Cuando afirma la triple identidad europea, española y andaluza en el punto 93 lo hace así: "Nos sentimos andaluces, españoles y europeos. Estamos convencidos de que el progreso de Andalucía está asociado al progreso de España y Europa" y continúa en el 95 apostillando que "el PSOE-A defiende que solo la fortaleza que nos da pertenecer a estas tres identidades, con una gran historia a sus espaldas, nos permitirá combatir con éxito las embestidas de los poderes económicos no democráticos y de los populismos oportunistas.
Y sigue en el 96: "Las tentaciones de volver a un pasado de nacionalismo económico y proteccionismo comercial, alentadas por los populismos neofascistas y neocomunistas que están resurgiendo en Europa, van en contra de la marcha de la Historia y son, por tanto, no ya inútiles y contraproducentes, sino objetivamente reaccionarios….Los combatiremos con la firmeza de nuestras convicciones y con el hecho cierto de que la integración europea ha supuesto el periodo de paz más prolongado en nuestro continente."
Insiste en el punto 179 subrayando que "los nacionalismos y populismos de nuevo cuño vienen cuestionando en los últimos años el proyecto europeo al que acusan de todos los males y por ende han aprovechado para atacar al ideario socialdemócrata…180. Y han conseguido crear incertidumbre en la ciudadanía europea, que en cierto modo ha responsabilizado a los partidos socialdemócratas de no haber sabido defender esos mismos derechos que fueron su santo y seña durante décadas.
Y, para terminar, digamos que poco después insiste: "No queremos para Andalucía ni Brexits ni Trumps, ni nacionalismos ni populismos de ningún tipo y tendencia".
Respecto al separatismo, el PSOE andaluz se hace fuerte en la ya famosa Declaración de Granada, no menciona siquiera la plurinacionalidad o la nación de naciones y defiende, aunque con escasa insistencia, que no aceptará que Andalucía sea convertida de nuevo en región de segunda categoría por el nacionalismo catalán y sus aliados de izquierda.