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El 155 se queda viejo: ya sólo queda decretar el Estado de excepción en Cataluña

Vueltas y más vueltas sobre el referéndum y algunos se acuerdan de Miguel Ángel Blanco.

En El Mundo Federico Jiménez Losantos rinde homenaje al concejal de Ermua asesinado por ETA hace 20 años. "Es triste ver cómo se vende como derrota el evidente triunfo de ETA (…) Toda memoria del terror que no se limite a lagrimitas, Imagine y velitas, es hoy sañudamente perseguida por los nadajoyes, empeñados en administrar nuestros recuerdos con la amenaza de mandar al díscolo al rincón sin subvención (…) Tras lo de Bolinaga la suelta masiva de etarras por Gallardón, nada puede sorprendernos de la política de Rajoy ante el terrorismo". En cuanto a Cataluña, dice Jorge Esteban que ya no sirve el 155, que "ya no hay tiempo para evitar la ilegal consulta de Cataluña con la aplicación del artículo 155". ¡Adiós! Si es que, claro, ha sido todo tan de repente, tan inesperado que a Rajoy no le ha dado tiempo a reaccionar. Así que ahora "el dilema que se plantea" es "decretar el estado de excepción". No se han atrevido ni a cortarles el grifo de la pasta y les van declarar el estado de excepción.

El País cree que "Rajoy invocará el Estatut para frenar a Puigdemont". Por invocar puede invocar hasta a la Virgen de los milagros. Xavier Vidal Folch también cree que el 155 "no es la discusión hoy". Que la "vocación" de ese artículo "es la de no ser aplicado jamás". O sea que llevamos cinco años discutiendo de un papel que no sirve ni para envolver el pescado. Hay otro, dice, el 116, "que prevé los estados de alarma, excepción y sitio" y otro "que atribuye a las Fuerzas Armadas la defensa última de la integridad territorial. Son artículos también constitucionales, claro, pero solo a un insensato se le ocurriría hacer juegos con esos fuegos". Vamos, que tanta lata que nos dan con la santísima Constitución y resulta que no vale para nada. Rubén Amón regaña a Cospedal por ponerse guerrera y amenazar con el Ejército, "proporcionando así al discurso victimista del patriarca Artur Mas el sueño húmedo de los tanques atravesando la Diagonal". Así las cosas, Víctor Puente solo ve una salida. "La celebración de una votación en todo el territorio nacional con múltiples opciones abiertas que desactivaría el rupturismo independentista". Eso mola. Empezamos a votar y votar y votar, una y otra vez con un montón de preguntas hasta que lo dejen por aburrimiento.

En ABC son varios los columnistas que recuerdan a Miguel Ángel Blanco. Gabriel Albiac, por ejemplo, dice que "el asesinato de un chaval institucionalmente irrelevante, sin ni siquiera un amago de coartada justificativa, era algo que no concernía en nada al Estado (...) Pero los partidos, los sindicatos, el Estado en suma no podían tolerar que el ciudadano tomará el protagonismo de la historia". Y así duró lo que duró. Ignacio Camacho dice que "lo más triste de esas jornadas en vilo fue que tuvieron que pasar treinta años de atentados para que comprendiéramos que era a nosotros a quienes atacaban (…) Nadie que lo viviese ha podido olvidarlo. Forma parte de nuestro depósito sentimental de momentos amargos: es imposible no recordar dónde estaba cada cual aquel sábado. Y es importante no olvidarlo", aunque "algunos se resisten a conmemorarlos: cómo va a haber perdón para quienes ni siquiera han tenido la decencia de arrepentirse del dolor causado". Lo triste es que de esa banda de asesinos no esperamos nada. Lo peor es que tenemos en el Congreso y en los ayuntamientos a una gentuza que nos pone la cabeza loca con la guerra civil pero se niega a hablar de este muchacho. Una vergüenza.

La Razón nos alegra el día con una encuesta de NC Report. "Podemos se desinfla", dice. Marhuenda dice que no hay nada que hacer, que "la suya es una trayectoria declinante sin matices (...) no hay visos de remontada, ni tan siquiera de que la hemorragia pare. Lejos están los tiempos del sorpasso al PSOE y de los sueños de ser hegemónicos en la izquierda. Su exposición pública se ha traducido en desafección ciudadana por una gestión calamitosa donde gobiernan y por posiciones imposibles y errores groseros en el día a día". ¿De verdad Marhu? ¿Nuestros conciudadanos están recobrando la cordura? Qué alegría nos das hijo, si fuera un wasap pondría el emoticono de la gitana bailando. Como ejemplo de errores groseros menciona la vomitiva negativa de Carmena a poner una pancarta de homenaje a Miguel Ángel Blanco en el Ayuntamiento. Se trata de un "acto inmoral e indigno". Y que esta tipa sea la alcaldesa de mi ciudad.

La Vanguardia dice que "el rechazo de los comunes al 1-O solivianta al soberanismo". ¡Pero cómo! ¡No es posible! Los soberanistas veneran el sagrado derecho a decidir. Pues Colau ha decidido que ella no se pringa con esas cosas y punto pelota.

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